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domingo, 20 de noviembre de 2016

Menos mal que nos queda Portugal.

Pues ahí estamos otra vez, en Portugal, para variar, parece que ultimamente no hagamos otra cosa.

Viernes 7 de Octubre arreamos a las 7 de la mañana con remolque y con problemas.



Tres motos son demasiadas para este remolque de mierda, con perdón, y nos roza la rueda con la estructura de hierro, nos quedamos al borde del desastre, pero salvamos a tiempo, a mamporro limpio con el martillo y una lima gorda medio lo apañamos.

Destino Olivenza en tierras extremeñas, para desde allí salir con las motos hacia el Alentejo portugués en dirección sur.

Titulo de la película : "Tres tontos muy tontos"


Bueno, pillaos estamos, pero no tanto, todo tiene un sentido, por una vez en 10 años aprovechamos el tiempo muerto del viaje para configurar los intercomunicadores. Creo que seria la primera vez en todos estos años que comenzamos la ruta con los intercomunicadores totalmente funcionales para todos.

Llegamos a Olivenza, descargamos y se nos aparece la Virgen,  en el bar del hostal donde tenemos previsto dormir el martes después de la ruta nos encontramos al Fariña, mecánico de motos para mas señas, que se nos ofrece a guardarnos el remolque. Así que sobre las 6 de la tarde mas o menos estamos listos, pasamos por la gasolinera y con unas cuantas horas de sol todavía por delante arreamos.

Nos esperaba una primera etapa, que en su tramo final seria nocturna, si o si.
Muchos kilómetros por delante de las esperadas dehesas, aunque esta vez, no estaban como las recordábamos tres años atrás en esta misma época. Aquello era un secarral, cambiamos el verde y el barro, por la hierba seca y el polvo, mucho polvo, hasta la p..... de polvo salimos ese día, complicando las cosas mucho, mas que nada por que íbamos en rumbo oeste hacia el ocaso con el sol de cara, divertido.



San Benito de la Contienda, Alconchel y finalmente Villanueva del Fresno nos vieron pasar antes de entrar en tierras portuguesas por Mourao, ya con las ultimas luces del día.

En Moura le dimos 25 vueltas al pueblo antes de encontrar donde poner el huevo para cenar, al final al gente ya nos saludaba.

Buena cena y a seguir con la diversión, ya pasadas las 10 de la noche. Aquí hubo un poco de todo, ratos divertidos entre encinas, y al lado de la vía de un tren, caminos cortados, senderos imposibles, cancelas varias, todo aderezado con mucho polvo, que de noche tiene su guasa.

Al final acabamos como delincuentes, metidos de lleno en una finca privada, con un portote que no había cojones a saltarse y con pocas ganas de volver por donde habíamos venido, mas que nada por que seria una odisea.

Opción A, la legal, intentamos hablar con alguien de la casa para explicarle el tema y a ver si nos abrían la puerta para poder salir de aquella ratonera, pero no les debimos caer muy simpáticos por que nadie abrió la puerta de la casa cuando llamamos al timbre...., joer que gente, total, solo era la 1 de la madrugada, ya ves. jo jo jo jo, Me imagino la cara el pobre hombre que tenia la pick up aparcada a la puerta y que debía ser el guarda de la casa.

Opción B, la borde :
- Saca las alicates Peric,
- Voy
- Va, un cortecito por aquí, otro por allá.... hecho
- Saca unas bridas Dimoni
- Voy
- Una brida por aquí otra por allá..... listo.

Quedó una alambrada de lo mas mona.

Allá para las 2 de la madrugada dimos por finalizada la ruta, que ya esta bien coñe.


Sábado 8 de Octubre, en algún lugar el Alentejo portugués :





La primera etapa dió mucho de sí y conseguimos adelantar un buen trecho teniendo en cuenta que apenas teníamos una tarde, el rutómetro marcaba esos buenos 170 kilómetros de ruta ya realizada, que nos dejaban un buen panorama para el día de hoy.





Rutinas mañaneras :



Al final encontramos un lugar idílico de acampada sin pretenderlo, ya que fue un "ehhh, aquí mismo, a tomar por culo, no puedo mas"


El destino de hoy seria el Cabo San Vicente, el punto mas occidental de Europa. Llegar no llegamos, pero estuvimos muy cerca, y por supuesto no cuentas con todo lo que te va a pasar durante el día, ahí esta la gracia de estos viajes.

La primera parte del día fue una pasada, de esas mañanas que es difícil olvidar, kilómetros y kilómetros de disfrute, de pistas y mas pistas, de paisajes y pequeños pueblos por los que vas pasando, idílico oiga.

Después de la pequeña aldea de Corte Sines, Mertola fue el primero importante con el que nos topamos. Bonito pueblo en la ribera del Guadiana, que por supuesto no tenemos tiempo a visitar, tener tiempo para eso, ya seria la leche.


Aquí los tres individuos en cuestión.


Seguimos tragando polvo y disfrutando un buen rato, algunos vadeos secos, una pena, en otra época hubiéramos tenido algo mas de "diversión" en estos pasos.
En Martinlongo paramos en una gasolinera a tomarnos unas cervezas, la cosa iba rodada, así que nos permitimos perder un poco de tiempo allí.



El siguiente pueblo por el que pasaríamos seria Ameixial, y poco después de el comenzarían las pistas anchas y rápidas del Algarve, escenario de muchas etapas del Rally de Portugal y de algún que otro paso del Dakar por estas tierras.
La polvareda que se monta en estas pistas es de espanto, no había mas remedio que quedarse atrás si uno quería ver algo mas allá de sus narices, el Peric se emocionó y entró en trance en este largo tramo de mas de 20 km de pisteo rápido.
Los de atrás, ahí íbamos haciendo lo que se podía. Tanto se emocionó el Peric que ni se enteró que andaba perdiendo equipaje. Se le abrió la bolsa de la tienda de campaña y se quedó sin varillas y sin piquetas, junto con unas herramientas comunes. Sin tienda en pocas palabras y con la perspectiva poco halagüeña de dormir al raso lo que le quedaba de viaje.

Digamos que hasta aquí todo fué rodado y a partir de aquí se empezaron a torcer cosas. Paramos en Sao Marcos da Serra para comer algo. No encontramos nada, así que acabamos en una encrucijada de carreteras próxima donde había un buen restaurante de carretera donde nos dimos una buena comilona.
De esta guisa andábamos poco después de comer, poco dormir, mucho coche y mucha moto al final termina por cansar. Aquí el Peric aprovechó para inmortalizar al personal. Este fue otro de nuestros problemas, empezamos a perder demasiado tiempo y quedaba todavía mucho por hacer.




Para rematar la faena, llegar a Monchique, se convirtió en toda una odisea. A cambio disfrutamos de uno de los tramos mas bonitos del viaje, con mucha vegetación, riachuelos y senderos idílicos.
Pasamos un mal rato en un barranco, de eso que te dejas caer por un cortafuegos por donde sabes que no podrás regresar, por que la pendiente acojona bajando pero seria imposible subirla.

Para mas inri, el camino se fue convirtiendo en un mal camino invadido por la vegetación y los regueros, para pasar a ser una mala senda allá hacia el final del barranco, justo cuando ya crees que de allí no te sacan ni con helicóptero, llegamos a un riachuelo y a lo que parecía un caminucho en el fondo del valle, no gran cosa pero con bastante mejor pinta que el que llevábamos.




Así que después de bajar con el culo "apretao" hasta aquí, aquello se nos antojó un pequeño paraíso. Ahora había que salir del fondo del barranco. Cosa que conseguimos con alguna dificultad que otra.
Salimos de allí, y nos faltó tiempo para meternos en otro "embolao".





Aquí es cuando empiezas a pensar si no estaremos tentando demasiado a la suerte, pero bueno, como siempre dios aprieta pero no ahoga, así que salimos sin problema y pudimos seguir disfrutando de esta zona boscosa del Algarve.

Y por fin, llegamos a Monchique, paramos en la primera tiendita que vimos para comprar algo de comida para la cena.




Y en esas andábamos cuando a la Trini le entró la risa floja. Algo había pasado con su alforja derecha.


Básicamente el problema es que no estaba. Así de sencillo. Es lo que tiene ir el ultimo.
Así que tras reírnos un rato (por no llorar), empezamos a recomponer un poco el plan, que la cosa no pintaba muy bien.
El Peric ya no tenia tienda, y en la alforja de Don Trini había unas cuantas cosas del material común además de su ropa.
Entre unas cosas y otras se había hecho muy tarde, y ya estaba claro que con todavía 80 km de pistas y senderos por delante a la puesta de sol en el Cabo de San Vicente no llegábamos ni en avión.

La salida de Monchique según el track resulto inviable y tuvimos que recular y tomar un tramo de carretera que ascendía hacia el radar para a partir de ahí seguir con el track previsto.



Y esta fue la única puesta de sol a la que pudimos aspirar ese día. Todo un espectáculo, aunque cuando llegamos a la vertiente sur poco mas adelante pudimos comprobar la magnitud del incendio que asoló el Algarve el pasado septiembre.
Un espectáculo desolador ver todo arrasado desde la misma costa hasta la cima de donde estábamos, todo arrasado, no había quedado nada.



Durante un buen rato fuimos por un bosque fantasma de eucaliptus quemados en lo que llaman la Vía Algarviana.
Anocheció camino de Marmelete, todavía nos quedaría un buen rato de caminos y pistas. Cuando llegamos a Barao de Sao Joao decidimos dejar el track y coger un tramo de carretera, ya andábamos un poco hartos de moto .
En Vila do Bispo no dimos cuenta que a medida que nos acercábamos a la costa soplaba mas fuerte el viento, eran las 10 de la noche y no estábamos para muchas alegrías, una buena cama parecía una buena opción.

Y ahí acabamos en el Hotel Mira Sagres, que estaba lleno pero tenían unas habitaciones en unas instalaciones vecinas.
Cenar ni de coña, estos portugueses funcionan con horario europeo, así que a las 10 ya estaba todo cerrado. Bueno al menos nos dimos una buena ducha y dormimos bien.

En total fueron 234 km aproximadamente de ruta.


Domingo 9 de Octubre ,  desayuno y como nuevos, listos para seguir. Hoy nos esperaba toda la Costa Vicentina, con el encanto de andar con el mar a nuestra siniestra y la arena en el punto de mira.

Para algunos el día comenzó calentito, la Katy de cierto señor por las mañanas solo arrancaba a patada así que se le paso el frio bien pronto.

Ponemos rumbo a el que debía haber sido nuestro destino del día anterior, el Cabo San Vicente, que nos quedaba a muy pocos kilómetros. Atravesamos un secarral, y a continuación entramos en el primer tramo de arena del viaje, en una zona de pinar.
Para lo poco que sirvió fue para darnos cuenta de lo verdes que estábamos, hace mucho tiempo que no tocamos arena.




El Cabo San Vicente a estas horas de la mañana no tiene ni de lejos el encanto del atardecer, así que no nos entretuvimos mucho. Mientras estábamos allí comenzaron a llegar 990 Adventure, cada minuto, dos minutos llegaba uno, parecía que las regalaban por allí cerca.
Nos fuimos y seguían llegando, no tardaríamos en coincidir en la ruta. Eran granadinos, y serian unos 27-28, casi todos con la Adventure.


La pista va paralela al mar durante un tramo, para ir alejándose y acercándose a la costa continuamente, en la playa de Barriga hicimos una parada a contemplar el paisaje. Aquí haya calas y playas para aburrir.


Después la pista volvía a meterse hacia el interior durante un buen tramo camino de la playa de Amado.



Poco antes de llegar nos adelantaron los piraos de las 990, el grupo era grande y evidentemente no todos tenían el mismo nivel, pero los que rodaban delante le echaban un par de huevos, joer, como se movían con esos trastos por allí.


Tras adelantarnos 5-6 de ellos llegamos a una bajada de lo mas "emocionante", nosotros hicimos el trenecito, el primero paró para inspeccionar,  el segundo casi se come al primero y el pringao del tercero se la pega....jajajaja.
Aquí los de las Adventure tuvieron sus mas y sus menos, los primeros como ya dije sin problema, pero a partir de ahi alguno que otro las pasó canutas. Anduvimos un rato xarrando y viendo el espectaculo antes de reemprender la marcha.

Tras la playa de Amado y hasta la Península de Carrapateira viene uno de los tramos mas bonitos de esta costa, con la pista bordeando acantilados con unas vistas impresionantes. Don Trini hizo un par de requerimientos para echar alguna foto pero no fueron atendidos por el resto del personal, una pena.

El siguiente tramo de la ruta volvía a discurrir por el interior hacia Aljezur con un castillo en ruinas que dejamos a nuestra derecha para seguir hasta Rogil, donde haríamos una parada técnica.


Que seria de estos viajes sin estas paradas. En Rogil cogimos  un sendero precioso junto a una acequia que ya conocíamos de hace unos años, la acequia tiene el suficiente tamaño como para que la moto desaparezca en ella contigo incluido, lo que no dejaba de tener su morbo.
El siguiente paso seria por Odeceixe, precioso pueblo de casas blancas y azules con un molino y muchas cuestas.


De ahí pusimos rumbo a Zambujeira do Mar, pueblo costero en cuya playa dormimos la ultima vez y que sabíamos tenia buenos sitios para comer.
Una buena comilona y algunas risas y a seguir, que todavía teníamos mucho por delante.



Lo que no podíamos imaginar era la que se nos esperaba allí delante, me canso solo de recordarlo.






Primero fueron las pistas del Cabo Sardao, una gozada, junto al mar con bonitas vistas y con mucha arena, pero controlable, y divertida, sin problemas, a eso habíamos ido allí.






Pero lo que nos esperaba después fue de todo menos divertido, al principio mucha risa, mucho jiji, jaja,.... pero lo que era simplemente un corto tramo de apenas unos kilómetros se convirtió en un pequeño infierno.
Arena, mucha arena, pero la arena mas chunga que he pisado nunca, aquello era inhumano, la moto apenas conseguía avanzar, una especie de polvo amarillento con muy mala leche, además sudando como gorrinos, por que hacia calor, jajajaja, idílico oiga.


Parte del problema es que no sabíamos adonde iba a parar aquel track de mierda que llevábamos, y veiamos asomar dunas por el horizonte, si cuando llegáramos a orillas del mar el panorama era el mismo, aquello se podía complicar mas de la cuenta.
Don Trini hizo una avanzadilla a pata y vio pasar un "Mini" por el camino de la costa,... jeje, estaba claro que era una pista en condiciones y no aquello.



Así que echarmos el resto y llegamos a la pista costera totalmente compactada que nos llevaría hasta Almograve, una vez aquí optamos por tomar un tramo de asfalto hasta Vila Nova de Milfontes ya que para llegar no hay mas opción que cruzar el punte sobre la ría que se forma.

Desde Vila Nova hasta la fortaleza de Samouqueira nos encontramos con el que sin duda es el tramo mas divertido de toda esta Costa Vicentina, 12 kilómetros de pista arenosa complicada en algunos tramos pero nada que ver con lo que acabamos de pasar.


Aunque también tuvimos algún que otro incidente, aquí Don Trini le dio por darse un revolcón en un tramo rápido con poca arena, se pudo hacer pupa, pero como siempre su "ángel de la guarda", de legendaria eficiencia, hizo bien el trabajo una vez mas.

Tras disfrutar como gorrinos llegamos a Porto Covo, como es de imaginar tarde, entre la comida que siempre se nos va de las manos y el tramo de después de Cavaleiro nos cargamos la previsión.
Como además la idea era plantar tiendas todavía de día, decidimos que ya estaba bien.
En Porto Covo encontramos una tienda a pesar de ser domingo y pudimos comprar comida para cenar. Con las mochilas llenas, y alguno con unas cervezas fresquitas incluso, nos fuimos a buscar una cala para pasar la noche.
La etapa quedó en unos miseros 156 kilómetros, pero es lo que tiene la arena.




La cala elegida fue una que tenia acceso por un camino, la Praia Grande de Porto Covo, craso error como mas tarde averiguaríamos, mas que nada por que quedaba demasiado cerca del casco urbano.

Metimos las motos hasta un rincón de la cala y montamos el campamento en la desierta e idílica cala. El Peric no tenia varillas, así que la tienda que pudo montar parecía mas un "charnaque" que otra cosa,,, jo jojojo.

Todavía hubo tiempo para un baño en las frías aguas del atlántico y a tomarse unas birras (alguno) mirando la puesta de sol, "che que bo"



Fue un buen rato, de esos que tardas en olvidar. Una vez anocheciendo cenamos y decidimos irnos a dormir pronto, a eso de las 10 como mucho estábamos metidos en el saco,  muy muy cansados despues de pelear con las motos cargadas en la arena.

Y en esas estábamos, serian ya las 12:30 de la noche cuando ocurre lo que nunca piensas que te va a ocurrir. Apareció alguien por allí, linternas, voces....... llegas a pensar que estas soñando y dices... no sera nada, yo sigo sobando.
Pero no, las voces siguen, luces, asomas el morro por la tienda y te ves a dos polis portugueses con cara de pocos amigos.....jajaja.
El caso es que muy educadamente nos hicieron ver que o salíamos por patas de allí o nos podían caer unas cuantas denuncias, por circular y acampar en una playa.
Así que con cara de "esto no me puede estar pasando a mi, esto no me puede estar pasando a mi", nos toco desmontar tienda, volver a cargar trastos en la moto, vestirnos de romano y sacar la moto de la playa.
Lo de sacar la moto tuvo su miga, la arena era de esa que nos habíamos tropezado el día anterior, y no fue fácil, pero además la katy del Peric, como ya venia siendo habitual no arrancaba a botoncito cuando se enfriaba y había que darle a patada, asi que el Peric se las vió y se las deseó, la Trini "empanzó" la moto, y servidora montó un "pollo" de ruido para sacar la suya de lo mas apañao.

Desde luego no se si les salió rentable a la vecindad tirarnos de allí a esas horas, jajajaja.
Ale, pues allí estábamos tres tios con cara de gilipollas, a la 1 de la madrugada con mas sueño que un fiestero un lunes de mañana.
Pero eso no fue todo, para darle mas emoción el Dimoni sacando la moto de la arena le pego tal apretón que se cargó el embrague. Bien.

A esas horas pensar no se nos dió muy bien, y acabamos en una autovía, con una niebla del demonio y pasando mucho frío, con idea de llegar a Setubal y encontrar un taller al día siguiente para reparar.

Finalmente tuvimos que abortar, salirnos de aquella autovia y buscar sitio para dormir por que nos estábamos congelando.


Lunes 10 de Octubre, en algún lugar entre Sines y la península de Troia.

Acabamos en un parking junto a la enorme playa que va de Sines hasta Troia, junto con alguna furgoneta y autocaravana.









No habíamos dormido gran cosa, pero bueno de dia se ven las cosas de otro modo. Nos abrigamos un poco mientras desayunábamos algo y fuimos planteando opciones.
Estaba claro que seguir el track ya no era factible, con una moto sin embrague había que buscar carreteras para intentar llegar a un taller, al menos era lunes.

Setubal y Evora eran las dos ciudades mas grandes que teníamos a mano, ambas estaban en nuestra ruta, finalmente optamos por Evora, ya que si se nos complicaban las cosas en Setubal tendriamos problemas para llegar a Olivenza a tiempo.
Así que pasamos la neblinosa mañana camino de Evora por carreteras secundarias.
Habíamos localizado previamente el concesionario oficial Yamaha en Evora, Motevora, y hacia allí nos fuimos. Por suerte para el "desembragao" estaba en un polígono a las afueras con lo que apenas pasamos por un par de rotondas y no hubo semáforos.

En Motevora se portaron de lujo con nosotros, el chaval que nos atendió se preocupó desde un primer momento, desmontó el embrague y por fortuna el problema no era el embrague como pensábamos, sino el cable, que estaba parcialmente roto.
En Marruecos con un cable de freno simplemente habrían hecho un apaño, pero estamos en Europa, así que había que montar el set completo ya que el cable en esta moto va con un codo metálico.
Allí no tenían repuesto pero en otro taller a 37 km de allí había uno, eran la 1 pasada y cerraban a las 2, así que Don Trini arreó a por el repuesto con la moto, mientras servidora se fue a un bar a intentar pasar el tiempo con unas cervezas y el Peric buscaba unas varillas para su tienda en alguna tienda de deportes.



A las 2:30 estábamos sentados en una terraza comiendo, con el repuesto en nuestro poder y una tienda de campaña nueva para el Peric, dios aprieta pero no ahoga.

Montamos el cable del embrague y poco mas de las 4 de la tarde estábamos "on the track" de nuevo.



El track en este tramo discurría en rumbo oeste hacia la frontera española en todo momento, alternando sembrados con algunos tramos mas verdes.



 Que fueron aprovechados para hacer el chorra para la foto por alguno que otro, la foto muy "pro" pero el "prota" acabó de agua hasta las orejas, es lo que tiene el postureo. juasss....


En esas andábamos cuando a Don Trini se le soltó la alforja que le quedaba, menos mal que esta vez no andaba en última posición y la pudimos recuperar.


Tal cual había salido todo, al habernos saltado parte del track para ir hasta Evora andábamos sobrados de tiempo, así que fue una tarde de disfrutar, echar alguna foto e incluso hacer alguna parada chorra.


El siguiente pueblo de cierta entidad por el que pasamos fue Redondo donde hicimos una parada en la tranquila plaza del pueblo ante la curiosa mirada de los paisanos que andaban por allí a la fresca.



Nos tomamos algo fresco y seguimos ruta, la idea era llegar hasta un pequeño pueblo, Rosario,  que en teoría tenia un pequeño camping a un par de kilómetros del pueblo. Apetecía cenar esa noche de restaurante.

De camino el track nos metió por una llanura seca junto a un pantano, a nuestra espalda apareció el pueblo de Terena en alto con su impresionante castillo.



Nos dimos un garbeo por allí, y decidimos que el pueblo y su castillo bien merecían una visita. Además también podría ser un buen sitio para quedarnos y cenar allí.



La visita fue un tanto decepcionante, el pueblo parecía medio abandonado en su casco antiguo junto al castillo y lo de cenar allí ni de coña, no vimos mas que un misero bar ... jajaja, así que nos dimos una vuelta y seguimos la ruta hacia Rosario.

Llegamos a Rosario y salimos hacia el sur hacia el pantano donde se suponía estaba el camping. Pero un lunes de octubre un pueblito perdido en el interior de Portugal no podía tener mucho turismo, osea, camping cerrado.
Volvemos sobre nuestros pasos, con mas hambre que el perro del afilaor, haciéndose tarde y con negras expectativas de encontrar algo por allí para poder cenar decentemente.
Tras dar tumbos de aquí para allá, y preguntar nos fuimos al norte a Alandroal, llegamos ya de noche, nos perdimos por allí un rato y finalmente encontramos un buen sitio para cenar.

Con la tripa llena volvimos de nuevo cerca de Terena al embalse de Lucifecit donde habíamos visto algún buen sitio para pasar la noche.



Y allí acabamos el día, con la Osa Mayor como testigo.




Martes 11 de Octubre, embalse de Lucifecit

 Nos amaneció  con mucha niebla y mucho frío


Mesie le Peric se dedicó a dar por saco desde las 6 de la mañana, paseando por las cercanías del campamento, "porculo de tio", al final nos cayó la boca, andaba buscando leña para un fuego ....jajajaja



En el restaurante que cenamos nos dieron algo de pan, y con eso organizamos el desayuno típico komandero, a saber.... pan tostado con aceite y cafe.
El problema es que la perdida de la alforja de Don Trini nos dejó sin nuestra sartén tostadora de pan y sin el hornillo de gasolina, así que tocaba improvisar jajajaja.



Nuestro último campamento.



 La etapa de hoy seria bastante ligera, estábamos ya a tiro de piedra de la frontera española, primero iríamos en rumbo oeste para luego ir hacia el norte, hoy volvíamos al paisaje de dehesas y a las inevitable cancelas, que te obligan a andar parando a cada pocos kilómetros para completar con la rutina de abrirlas y cerrarlas.



Antes de llegar a tierras hispanas nos quedaba una ultima visita a un lugar que prometía, y que no nos decepcionó.
La fortaleza de Juromenha.



Lo último que esperábamos es poder pasearnos por toda la fortaleza con la moto, esperas que un lugar así este controlado de alguna manera, pero Juromenha al igual que nos ocurrió con el de Terena estaba totalmente abandonado y a su suerte.



Quizá parte de su encanto sea ese precisamente. Al fondo y tras las aguas embalsadas de la gigantesca presa de Alqueva, estaba España.

Nuestras monturas, imposible concebir este tipo de viajes sin ellas.



Olivenza nos esperaba no sin antes disfrutar de un buen tramo de pistas super rapidas que hicieron las delicias del personal.



Punto y final.

Saludos desde la Ci.