Próximos eventos.

martes, 28 de noviembre de 2023

jueves, 15 de junio de 2023

lunes, 20 de marzo de 2023

KP TRANSMAROC 2023


 

Hay muchas ganas de volver, así que nada mejor que tener 13 días por delante para darle un buen repaso a nuestro paraíso del sur, todavía queda pero el track ya esta prácticamente definido.

Ferry desde Almería para desembarcar en Nador, apenas unos 20 km de asfalto y comenzamos track offroad, aunque en estos primeros compases de la ruta, algún tramo de asfalto inevitable habrá que hacer, pero será poco.

En Ait Beni Mathar cogeremos la mítica Oriental en una de sus  múltiples variantes, que nos llevará hasta el Chott Tigri, la idea inicial será acampar en las fuentes y seguir rumbo sur-oeste hacia Boudnib para coger otra de las pistas míticas, aunque con alguna variante, la Citroën, que nos llevará hasta Risani.

De ahí por el norte hacia el paso del Oasis Mharech para tomar una ruta fronteriza muy al sur hacia Tagounite, entramos en el Gran Sur, acampada donde nos pille. Una vez en Tagounite obviaremos la ruta por Mhamid hacia el Erg Chegaga para entrarle mas al norte desde el Oasis Sagrado.

Nos espera la inmensidad del Erg Chegaga y las interminables planicies del Lac Iriki, la idea pasar la noche en el Erg Chegaga, donde se puede disfrutar de una de las cosas más impresionantes que jamás hemos vivido en Marruecos....."el silencio", creereis que es una tonteria, pero es algo dificil de explicar con palabras.

Una vez atravesado el Iriki en rumbo norte hacia Foum Zguid, nos espera un pequeño bar en la plaza con las mejores patatas fritas y la cerveza mas fresca de todo Marruecos, seguro que a estas alturas nos la mereceremos.

Siguiendo rumbo norte hacia los Llanos de Isil, otro de esos sitios que quedaron grabados en la memoria de otros viajes y que volveremos a visitar. Llegaremos a la civilizada Ourzazate, víveres y gasolina y alguna reparación para prepararnos a entrar en la siguiente etapa del viaje... el Alto Atlas.

Pondremos rumbo norte hacia por una carreterucha hacia Demnate, para meternos de lleno en el Alto Atlas, una vez en el en rumbo este enlazando algunos valles y algun puerto de montaña hasta llegar a la Catedral de Imsfrane, un lugar que siempre quedó en el tintero y que nunca hemos visitado.

El acceso desde Imilchi por la ruta del Assif Melloul ha estado durante años cortado y en muy mal estado, ahora parece que esta arreglado y se puede pasar sin problema, asi que lo tendremos fácil, aunque lo haremos en sentido contrario hasta Anergui.

De ahí en rumbo noreste nos esperan muchos kilómetros de Atlas, hasta llegar a otra de los lugares miticos, el Circo de Jaffar, cruzaremos sus gargantas y hacia Boumia siempre en rumbo norte ahora para entrar en un Atlas mas poblado de vegetación.

El siguiente destino será el Jbel Tazeka justo antes de llegar a Taza, para ya en la etapa final seguir track offroad hasta cerca de Nador, donde seguiríamos ya por asfalto hasta Melilla.

Noche en Melilla, seguro que caerán unas cuantas cervezas esa noche y al dia siguiente ferry a Almeria y para casa.

Serán en total unos 3200 km, ese es el plan, cualquier parecido con la realidad, será pura casualidad. 

Saludos desde la Ci.

domingo, 29 de enero de 2023

Marruecos 2017. "Lugares pendientes"



Vamos con una crónica que quedó a medias y en el cajón del olvido. La cuestión es que volvemos de nuevo a tierras marroquíes, así que digamos que el motivo de esta crónica no es otro que subir el "hype" con vistas a lo que se viene.



Para esta ocasión volvimos a los ancestros, salir desde Almería donde cogeríamos el ferry que nos llevaría hasta Melilla. Se trabajó hasta el viernes a medio día, arrearíamos hacia Almería para coger el Ferry nocturno, la idea era estar el sábado por la mañana montados en la moto y perdidos ya por tierras marroquíes.



Sábado 27 de Mayo.

Y así fue, ferry nocturno y desembarco sin novedad en Melilla a las 8 de la mañana. Eso si, el Peric, que fue el encargado de la logística, nos consiguió unas "suit nupciales" a precio de cutre-camarote, es lo que tienen los fuera-temporada, además en mi caso que estaba solo en la habitación, ya que éramos tres y eran dobles, ya lo flipas, me podía perder por allí.




Poco después de desembarcar estábamos sentados en un bar tomando unas tostadas, un café y comprando bocadillos para comer ese día por el camino. Nos aconsejaron un lugar para hacer el cambio a los Dirhams y para allá tiramos. 




Cambiando Dirhmas en "el Talento", que fue el lugar que nos aconsejaron, nos enteramos de una "pequeña" curiosidad que al principio nos tomamos a risa, pero que junto con el calor bochornoso, nos condicionaría el resto del viaje y de que manera. 
Justo ese Sábado 27 de Mayo comenzaba el Ramadán. Lo íbamos a flipar, aunque como digo, a esas alturas no éramos conscientes de lo que suponía.

 La entrada a Marruecos por Beni-Enzar fue bastante light, por lo que recordábamos de otras veces hace años. Aunque todo sea dicho, esta vez llevábamos la lección bien aprendida, y además la documentación lista, a saber el típico papelito blanco de siempre que nos imprimimos y rellenamos en casa y el D16ter que se puede completar e imprimir también en casa desde la web de aduanas marroquí.
Con eso y habiendo leído algún que otro comentario del proceso en foros y demás, nos apañamos muy bien y sin ayuda externa. Tan solo era cuestión de observar un poco con calma sin ponerse nervioso e ibas adivinando por donde iban los tiros.
El sellado del pasaporte fue instantáneo en cuanto localizamos donde lo hacían, no había cola, y en la cabina donde se entregaba el D16Ter había cola infinita, a saber:
" Dícese de aquella cola en la que va llegando gente pero tu siempre eres el último."

 Pero bueno, con paciencia todo sale, mientras esperábamos nos pudimos percatar del proceso posterior de firma por el comisario de turno, y cual era el comisario digamos "bueno". Así que tras una media hora mas o menos, salimos con nuestro papelito, perseguimos al comisario, nos firmó..... y voilá,  estamos en Marruecos.
Si no recuerdo mal eran sobre las 10:00 de la mañana, acojonante, en dos horas habíamos bajado el barco, desayunado, cambiado a Dirhams y cruzado la frontera, ni en el mejor de nuestros sueños.

(Hago un pequeño apunte, recordad que esto fue en el año 2017 y  a día de hoy este proceso ha cambiado, asi que no tomarlo como un manual, de hecho el D16Ter ha desaparecido como tal.)

Plan para hoy, llegar al Chott Tigri, pero con una pequeña broma de por medio, iríamos hasta Ain Beni Mathar para repostar y a partir de ahí habrían tres tracks, uno para cada uno para cruzar el Rekam. No deja de ser una chorrada, tan solo buscábamos experimentar por unas horas eso de andar solo por Marruecos, digamos que le daría su puntito de morbo al día.

 Cruzamos Nador con mucho trafico y apenas salimos tomamos el desvío hacia el este por la carretera de Kariat, que dejamos unos pocos kilómetros después para meternos de lleno en las ansiadas pistas lejos del asfalto. Aquí comienzas a ser consciente de las horas y horas con el Google Earth meses antes buscando pistas, caminos, atajos y cualquier cosa que te permita enlazar kilómetros sin tener que tocar asfalto, o al menos lo mínimo posible.

Si las cosas se hacen bien y contrastas un poco con otros tracks en general todo sale rodado y así fue el día en general. En las huertas de Zaio rompimos un poco la tónica general hasta ese momento, aunque no por mucho tiempo, enseguida volvimos al secarral de nuevo.
Un poco mas al sur nos encontramos la primera zona complicada del día. No para nuestras monturas (Ktm625 y TT600RE), que aunque cargadas se defienden bien, pero siempre ando repasando el track por si un día me diera por hacerlo con una maxi-trail.
 Poco después cogimos una carretera que nos llevaría hasta la presa del embalse de Hammadi y que no soltaríamos hasta El Aioun. En El Aioun comenzaríamos a ser conscientes de lo que suponía eso del Ramadán.



Ilusos de nosotros pensábamos que ellos no pueden comer ni beber, pero nosotros si. Pues no, básicamente esta todo cerrado, así que nos pilló con las bragas bajadas. Ni un misero te nos pudimos tomar, nos perdimos uno de los mayores placeres de un viaje a Marruecos, sentarte en una concurrida terraza de cualquier pueblucho a tomarte un te rebosante de hojas de hierbabuena.
Agua si pudimos encontrar, pero pan no había. Nuestra rutina en Marruecos suele ser comer en los pueblos y ahí comprar pan y agua, con eso y lo que llevamos nosotros cenamos y desayunamos el pan tostado con aceite de rigor,  así que nos quedamos sin comer y sin pan para la cena y el desayuno. Menos mal que en Melilla habíamos comprado un bocadillo para llevar en un bar y eso nos salvo el día.

A partir de El Aioun vendría un tramo de offroad muy guapo, con apenas unos pocos kilómetros de asfalto, que nos llevaría hasta la R606 poco antes de Ait Benimathar.

En Ait Benimathar comenzamos a ser conscientes de lo que nos esperaba,  ya estamos por encima de los 40º...... y lo que te rondaré morena.
Conseguimos encontrar una tiendita abierta, nos zampamos el bocata de Melilla y cargamos de agua. Abrazos, besitos, buena suerte y a "pelársela" cada uno como pueda. Nos separamos en la gasolinera de Ait Benimathar tras llenar depósitos y pillar una botella de un par de litros de más por si acaso en Tendrara les da por no tener gasolina.



Había tres tracks trazados para la ocasión, uno al este de la carretera y los otros dos al oeste lo suficientemente separados para no encontrarse, se unirían en Tendrara para separarse de nuevo hacia el Chott Tigri y ahí se unirían hasta Figuig.

Cada uno se buscó la vida durante unos cuantos kilómetros, en general la experiencia fue curiosa, tiene su morbo lo de saber que vas solo por lugares remotos y que si te pasa algo es probable que las pases putas, o al menos mas que si vas acompañado.
En general por lo que hablamos después, los tres tracks eran similares y sin demasiadas complicaciones. El plan era parar en Tendrara para intentar comprar algo de comida y repostar, y de ahí seguir a las fuentes del Chott Tigri, que se presentaba como el lugar ideal para pasar la noche.
Aunque no era algo establecido,  de hecho allí acabamos encontrándonos los tres.

Cada uno fue a su bola, Don Trini se lo tomó con calma y se dedicó incluso a grabarse con la Gopro, cosa que luego se agradece por que te puedes reír un rato en el video que montamos.
El Peric y servidora como somos unos "picaos" fuimos a saco a ver quien llegaba antes....jajajaja.



En mi caso me encontré con unos 10-12 kilómetros de obras, en lo que parecía una autopista, de verdad que a veces te encuentras cosas que son difíciles de entender, en medio de ningún sitio de repente te encuentras con unos movimientos de tierra brutales, el problema es que la tierra estaba tan machacada por los camiones que era polvo de talco y las pase realmente mal, además de ponerme perdido de aquellas harina,  pero de repente acaban las obras y allí queda aquello, en fin, ellos sabrán.

A partir de ahí puro Rekam, planicies y mas planicies, el problema era que me aburria mirando el paisaje y cuando me quería dar cuenta me había desviado del track una barbaridad,.... el resultado fue que me pase todo el día yendo a campo a través intentando enlazar con el track, que perdía en cuanto me relajaba un poco.
Pare a rellenar el deposito con la botella de dos litros de gasolina que llevaba  y me di cuenta que el consumo a ese ritmo, era ridículo. Así que hice mis cálculos y deduje que podía llegar hasta Figuig sin repostar, con lo que me podía saltar el repostaje en Tendrara y meterle un gol al Peric......jajajaj.

Así que pasé de largo por Tendrara, que la verdad no es que tenga mucho encanto, al menos la periferia, invadida desde muchos kilómetros antes por miles de bolsas de plástico agarradas a los matorrales y me dirijí hacia la antigua estación de tren para comenzar la ruta hacia el Chott Tigri, que fue ganando en espectacularidad y pequeñas complicaciones en forma de pasos de arena a medida que me acercaba y avanzaba la tarde.




La llegada fue orgásmica, el lugar al atardecer con la puesta de sol era mágico y además, llegué el primero, con lo que ya podía cachondearme de mi compi el Peric que es casi tan "picao" como servidor.
La fuente no puede mas que sorprenderte, parece irreal encontrarse aquello en un lugar así. De todos modos no estuve solo, había allí unos paisanos cargando de agua.




Mientras esperaba la llegada de mis dos compañeros de viaje me di un garbeo por el lago seco, lo típico, eso de cerrar los ojos y dejarte llevar, sabiendo que no hay nada contra lo que tropezar ni ninguna trazada de la que salirte, la última vez que recordaba haber hecho algo así fue en Playa Blanca, mucho mas al sur y al oeste de donde nos encontrábamos ahora.
Al poco llegó el Peric, efusivos abrazos y todo eso y al lio, montamos campamento y nos dedicamos a esperar a Don Trini que llegó con las ultimas luces del día.




Y allí pasamos la primera noche en Marruecos, bajo un cielo estrellado, de esos que ya no vemos ni en pintura por allá arriba y con el sonido del agua de la fuente del Chott Tigri como banda sonora.



Domingo 28 de Mayo.

La noche fue larga, todo apunta a que nos estamos haciendo mayores y cada vez se duerme peor con el aislante este de 1 centímetro de espesor de toda la vida, habrá que ir buscando alternativas, por que esto ya no es lo que era.
Nos despertamos con compañía de lugareños cargando agua con un camión, al poco aparecen tres o cuatro estelas de polvo de alguna moto en la lejanía, vienen hacia la fuente y lo que parecían en principio algunas trails de guiris como nosotros resultan ser mas lugareños con motos chinas de estas de 125 a todo trapo, con las que presupongo nos darían un buen repaso si nos liáramos a carreritas con ellos por estos lares.





Desayuno y a la ruta. Con sorpresa por que mi TTR no arranca, demasiadas cosas enchufadas en los puertos USB, el intercomunicador, el móvil, la batería de la Gopro, la de la Canon....., resultado, batería "out".
Cinchas, un buen arrastre de mi compi con su hermanita TTR y a la marcha. Nos queda un largo día por delante, el más largo y más duro que tendríamos en todo el viaje, sobre todo por el calor.




La primera etapa seria hasta Figuig, donde la idea inicial era comer y repostar, para después poner rumbo oeste hacia Boudnib.
Mucha arena al principio y después caminos fáciles con unos paisajes extraños, hermosos y enormes. Con algunas sorpresas como encontrarte con un embalse de agua.



Irreal, pero allí esta en mitad de la nada. Después de la parada seguimos por pistas, mas anchas ahora,  hasta que llegamos a la carretera de Figuig y a los pocos kilómetros nos paran en un control rutinario de policía, seguimos y entramos en una desierta Figuig, de Ramadán estricto. Nada mas llegar a mano derecha encontramos la gasolinera en la que tampoco parece haber nadie, el calor es bochornoso siempre por encima de los 40º y nos sentimos como en un escenario post-apocalíptico allí solos por aquellas enormes avenidas.



Vamos justos de gasolina, el próximo repostaje posible esta muy lejos de allí,  y no nos seduce mucho la idea de quedarnos en Figuig, por suerte aparece un tío por allí y nos llena los depósitos.
Nos damos un paseo por Figuig con la esperanza de encontrar algo abierto y poder comer, pero esta todo cerrado hasta el hotel-camping Figuig, que pensábamos podía ser una opción estaba cerrado a cal y canto
En la plaza Tachraft sabíamos que había algunos Cafés, estaban cerrados pero había una tiendita que estaba abierta, al menos pudimos comprar agua y algunas porquerías para poder comer algo tirados en una cera a la sombra, ante la mirada hostil de algún parroquiano que pasaba por allí. No era nuestra intención faltarle el respeto a nadie, era pura necesidad, una sombra, beber agua y comer algo, lo que fuera y como fuera.

Con el estomago lleno salimos de la desierta Figuig al medio día, rumbo oeste y con la temperatura subiendo para los 45º. La salida de Figuig seria por carretera, en total unos 30 kilómetros de aburrido asfalto, hasta llegar a un punto donde se bifurca la nueva y la antigua carretera, por supuesto optamos por la antigua carretera que de seguro tendría mas emociones que la sosa moderna.

Así fue, la antigua carretera discurría paralela a la rambla que cruzaba cada cierto tiempo, en cada uno de estos cruces las aguas han arrasado con el puente existente o con el paso que pudiera haber, así que como preveíamos, no nos aburrimos, en un punto incluso pensamos que nos tocaba recular, ya que la cosa se complicó mas de la cuenta, en situación normal se empuja y listo, pero a estas temperaturas cualquier mínimo esfuerzo se convierte en toda un hazaña.




Conseguimos pasarlo y unos 25 kilómetros después dejamos la N17 y cualquier resto de asfalto, a partir de aquí tendríamos muchos kilómetros por delante de disfrutar y padecer al mismo tiempo.

Esta pista comienza justo junto a una enorme torre de comunicaciones, que pensábamos era un control militar que nos harían parar, pero no fue así, pasamos sin ver signos de vida por allí, la lógica me dice que los militares a esas horas y con los 45º en el termómetro, pensarían que lo mas inteligente es esconderse y dejar tranquilos a los guiris.
Nos quedaban por delante unos 90 kilómetros de pistas y caminos hasta el próximo núcleo habitado de Ain ech Chair.
Los recuerdos que tengo son básicamente, mucho calor, asfixiante en algunos momentos, muchas trampas, la pista cruzaba infinitos regueros y pequeñas rieras que se convertían en surcos lo bastante profundos para tener que andar con mucho ojo y no llevarte algún susto al encontrártelos de repente sumido en tus pensamientos.



Pasamos algunos controles militares pero seguían con la misma tónica,  estaban escondidos en sus barracas y ni siquiera se dignaban a salir y pararnos, a lo sumo los veías asomarse por la puerta o algún ventanuco, así que en ese sentido problemas cero.

Llegando a Ain ech Chair los gps´s comenzaron a hacer cosas raras y acabamos persiguiendo unicornios por la planicie aquella infinita. Finalmente optamos por seguir una pista que pensamos nos podía llevar en rumbo correcto y nos olvidamos de los gps´s por unos momentos.
Ain ech Chair, como ya venia siendo norma, estaba totalmente desierto, era como si todos sus habitantes hubieran desaparecido, no conseguimos agua y tuvimos que echar mano de nuestra garrafas de agua hirviendo que llevábamos encima, algo es algo.




Fueron momento críticos, de esos en que te planteas ¿Qué hago yo aquí?, en este jodido horno en el culo del mundo,  para mas inri paso por allí un remolino de polvo, de los que habíamos visto varios llegando allí, formando pequeños tornados, esta vez nos lo comimos entero tirados en aquella callejuela, era lo que le faltaba al guion.

Salimos de allí con Bounane como próximo objetivo, la salida se nos complicó al no poder localizar el track marcado. La opción final fue optar de nuevo por olvidarnos del gps un rato y trazar rumbo campo a través hasta engancharlo de nuevo. La tónica de este tramo fue mas o menos la misma del anterior, seguimos con los dichosos regueros tramposos, hasta que llegamos a la carretera que nos conduciría hasta Bounane.



En la plaza del pueblo había un camión parado vendiendo unas sandias enormes, aquello fue como ver un oasis en el desierto, nos lanzamos de cabeza al camión y compramos una bien grande.
Como no queríamos dar un espectáculo allí en medio de la plaza, cargamos los casi 10 kilos de sandia como pudimos en una moto y nos fuimos a las afueras a la sombra de un árbol a devorar literalmente la sandia. Estábamos muertos de sed y de hambre y aquello nos  resucitó e insufló nuevas fuerzas. Ahora uno se ríe, pero hay que vivirlo para saber lo que se pasa...jajaja, estaba siendo un día durillo.

A partir de ahí con el estomago hasta arriba de sandia, con algo mas de moral ya y circulando por carretera facilona, todo se comenzaba a ver de otra manera. Boudnib estaba cerca.

En Boudnib todo cambio eran las 7 u 8 de la tarde, no recuerdo exactamente, pero a esas horas todo cambia, la gente comienza a salir a las calle, abren las tiendas, las panaderías lucen sus banastas llenas de pan recién hecho y hasta incluso los cafés comienzan a abrir sus puertas, por fin..... vida.





Encontramos un lugar donde repostar de garrafa sin problema y justo al lado nos pudimos tomar el primer te desde que llegamos a Marruecos, por fin.
Compramos pan y provisiones, y nos relajamos un rato sentados en la terraza del Café de la esquina, disfrutando del ambiente.



Lo bueno de viajar en estas fechas (Mayo)  es que el día es laaaaargo, muy largo. Pensamos en todo lo que hemos pasado y hecho ese día y nos parece una eternidad.
Y lo que todavía nos quedaba.



Dejamos Boudnib al atardecer para ir a buscar el track que cruzaría el oued Guir, un rio que recordaba muy caudaloso y con problemas años atrás, y que en esta ocasión iba mucho mas seco.
La idea inicial era ascender a la Hammada de Guir para hacer noche allí arriba, había leído varias crónicas y según el caso había gente que consiguió que los dejaran pasar y otros que no.



Había varios accesos, y realizamos un par de intentos, dejamos la pista y pusimos rumbo este para ascender hacia la hammada,  pero antes de llegar al puesto militar se nos adelanto por el camino un joven alto vestido de civil y muy amablemente nos indicó que por allí no podíamos pasar, así que tocó recular y volver por donde habíamos venido.



No nos dimos por vencidos y unos cuantos kilómetros mas adelante y ya de noche cerrada lo volvimos a intentar por otro acceso que tenia controlado en el google earth, pero no hubo suerte tampoco, esta vez llegamos hasta la barrera misma, allí un chaval joven, nos indicó también muy amablemente que no era posible pasar.

Paramos las motos y nos invitó a un te, estuvimos allí un rato charlando y contándonos que era de Agadir y que se pasaba allí tres meses solo para después irse un mes a su casa de permiso.
El lugar tenia su encanto, y el tío disfrutaría de unos atardeceres impresionantes, .... pero joer, tres meses allí solo y con lo mínimo para subsistir, supongo que eso hay que vivirlo para entender lo que supone.

Reculamos de nuevo, hechos polvo cansados y defraudados por no haber podido acceder a la Hammada de Guir, era de noche ya cerrada, casi las 12, nos metimos en una pequeña rambla al abrigo del viento y "mal-cenamos" antes de meternos en los sacos a dormir.
La noche también estuvo entretenida, y tuvimos visitas varias de habitantes de las arenas en busca de nuestros restos de comida, es lo que tiene dejarlos a mano y no guardarlos bien.


Lunes 29 de Mayo

Desayuno y arreando, el destino hoy seria Merzouga.





Al no poder acceder a la parte superior de la Hammada, no nos quedaba otra que ratonear por la base de esta, y a eso nos dedicamos toda la mañana, en general terreno facilón y sin demasiadas complicaciones.
En algunos momento llegamos a pensar que estábamos en Marte.





Justo después de parar en este lugar ha echar alguna foto nos encontramos con una bajada que tenia su guasa.
Nos lo pensamos, pero no había otra, o bajábamos o bajábamos, jajaja.



Continuamos esta vez en rumbo oeste, y comencé a darme cuenta de que en realidad estábamos muy por encima del resto del terreno circundante, no estábamos en la parte superior de la Hammada, pero era como una meseta intermedia, además llegamos a un lugar que había visto en unas cuantas fotos de crónicas y que era uno de los sitios por los que quería pasar.





Así que al final no andábamos tan desencaminados. Paramos en este curioso lugar, en el que de seguro se formará una cascada el día que caiga una tromba de agua y en el que da la sensación de haberse derrumbado no hace mucho tiempo, aunque en geología lo del tiempo es muy relativo.
La parada tuvo que ser breve por que comenzó a soplar mucho viento lateral y comenzamos a temer el vernos envueltos en una tormenta de arena.






Seguimos ruta por la planicie hasta las cercanías de un puesto militar donde comenzaba el puerto de descenso hacia la parte inferior, aquí confirmamos que realmente estábamos en una meseta a bastante altura.
Tras bajar el puerto la pista transcurre junto a unos taludes fronterizos artificiales, Argelia queda muy cerca durante toda esta ruta, y esos taludes separan ambos países durante cientos de kilómetros.



Siguiendo el track ya sin el molesto viento, llegamos a un pequeño oasis de palmeras, a la salida junto a lo que parecía un cementerio en medio de la nada, nos encontramos con la pista cortada con advertencias de los militares de que por allí no. Tocaba improvisar y desviarnos de nuestro track.

El caso es que preparando el track recordé que cerca de allí había un lugar relativamente frecuentado, el Oasis Saf Saf, así que reculamos un poco y pusimos rumbo hacia él




La llegada a la parte inferior del oasis no la vimos muy clara así que optamos por hacer una parada mas arriba desde donde teníamos buenas vistas de las pozas de agua del Oasis.



A pesar del calor bochornoso la verdad es que no nos hicimos el animo de darnos un baño, descansamos un poco y trazamos rumbo hacia Merzouga a ver que salía, seguimos algunas rodadas que nos llevaron de cabeza a un rio de arena muy ancho, que de hecho era la continuación del nacimiento de agua en Oasis Saf Saf. En estas fechas estaba prácticamente seco.



El rio de arena a ratos fue una buena idea y a ratos pensamos que  nos habíamos colado, sobre todo cuando la arena demasiado blanda no te dejaba prácticamente avanzar y había que ir "remando". Pero después de un tramo complicado siempre venia el respiro y conseguíamos avanzar mas rápidamente hasta que llegamos a Tiserdmine, reventados y sudando como gorrinos después del dichoso rio de arena que a 40º no era el lugar mas apetecible donde pelearse con la moto.




Tras reponer un poco de líquidos, dejamos Tissermine y al poco nos llevamos la agradable sorpresa de que ya teníamos las dunas del Erg Chebbi a la vista, subidón y algún susto cruzando algún cordón de dunas que nos encontramos en nuestro camino, al que con la emoción le entramos demasiado rápido y la suave subida de un lado se convirtió en un cortado en el contrario.



Susto y rumbo al espectacular Erg Chebbi sumido en una bruma de arena, ya que el viento volvía a soplar con fuerza.
El Nasser Palace nos parecía un buen lugar para descansar después de dos días durmiendo por ahí y del palizón que nos habíamos metido entre pecho y espalda, casi 1000 km de pistas y caminos rotos, de ramblas y rios de arena,..... casi la mitad del recorrido previsto en poco mas de 48 horas.







Hasta unas cervezas nos pudimos tomar, todo un lujo... eso si, lo de frías ya es otra historia, aquí el concepto de cerveza fría no lo tienen bien asimilado...jajaja.

Tan hartos estábamos de motos que ni nos planteamos tirar para las dunas ha hacer el chorra, quizá también por que soplaba mucho viento y no apetecia lo más mínimo meterse en berenjenales. Así que dedicamos lo que quedaba de día a descansar y charlar un buen rato junto a la piscina. Mañana seria otro día.



Martes 30 de Mayo

Nos levantamos tranquilamente, desayuno, cargar bártulos y rumbo a nuestro próximo destino.
La idea era pasar por otro de esos lugares de los que has oído hablar muchas veces y nunca tuvimos la ocasión, aunque habíamos pasado un par de veces cerca..... , la ciudad abandonada de Ba Hallou, o como la llaman por muchas crónicas "La Ciudad Perdida" que suena mas aventurero ..jeje .

Repostamos en la gasolinera de  Hassilabied cerca de las dunas y salimos directamente en rumbo oeste, en lugar de ir hacia el sur, ruta esta que ya conocíamos de otras ocasiones.
Hay muchas opciones, tomamos una de ellas y disfrutamos de la mañana templada mientras pudimos hasta que comenzó a apretar el calor muy en serio. La ruta transcurre sin muchas dificultades, buenos paisajes y alguna que otra cantera de fósiles, muy frecuentes por esta zona.



En una parada en alguna de las pocas sombras que te puedes encontrar por estos lares, nos dedicamos a hacer el chorra en una duna que teníamos en frente, sin mucha fortuna todo hay que decirlo.



A medida que nos acercábamos a  Ba Hallou comenzó a aparecer cada vez mas arena, y cada vez mas blanda, nada que no te esperes, pero a ciertas temperaturas, cualquier pequeño esfuerzo se hace muy pesado.



Total que cuando llegamos a la famosa Ciudad Perdida, paramos lo justo para echar una foto y poco mas, mi idea era haber hecho una parada mas larga y haber subido a curiosear por allí y pasar un rato. De hecho ahora sentado cómodamente, escribiendo esto lo pienso,.... seré gili...., ¿por que nos fuimos tan pronto de allí?, pero cuando estas allí con la moto medio "empanzada" en la arena, un calor insoportable y sudando como un gorrino las cosas se ven de otra manera, una pena pero...




Así que la visita a Ba Hallou fue breve, muy breve y salimos de allí en búsqueda del siguiente lio pendiente, cruzar el dichoso R´Milia, que lo hagas por donde lo hagas, mas al norte o mas al sur, siempre tiene su gracia.

Aquí nos sorprendió encontrarnos con que el Oued Rherir (imagino debe ser este, el mismo que mas abajo forma el famoso paso del R´Milia) llevaba agua.



Casi estuvimos por meternos dentro enteros. Con alguna dificultad que otra, pasamos los tramos de arena/talco y nos plantamos al otro lado del cauce del Oued con menos problemas de los esperados.





Seguimos rumbo norte esta vez hacia un desfiladero que te lleva hasta la inmensa planicie que se forma al norte del paso del Mharech, que cruzaríamos de este a oeste dando gas durante un buen rato.
Momento de disfrute.






Alguna parada ha echar alguna foto y alguno que otro que se emocionó mas de la cuenta y comenzó a perder cosas sin enterarse, servidora que marchaba detrás se tuvo que dedicar a recoger el rastro de miguitas que se fue dejando el señor Peric.





En esas estábamos, de recogida de trastos perdidos y reunión cuando apareció un paisano para invitarnos a su casa, muchas veces dices que no, pero bueno, ese día nos apetecía y pasamos un buen rato sentados a la fresca del interior de la casa, solo por eso ya Valia la pena, eso si con la inevitable negociación por los fósiles de turno que te suelen vender.
Aquí ocurrió una de esas cosas que en todos nuestros viajes a Marruecos (y van unos cuantos) siempre hemos evitado, nunca, nunca, nunca bebas del agua que te ofrezcan los lugareños.
Pues ese día le ofrecieron agua fresquita a uno de nosotros de una garrafa, y no se sabe muy bien por que el tío se amorró sin contemplaciones a la garrafa, ante la mirada incrédula de los otros dos, pero lo mas fuerte no fue eso, lo cachondo fue que en una especie de "si tu le echas huevos, yo mas" nos cepillamos la garrafa de agua fresca entre los tres.




Una vez fuera ya en ruta por los interfonos nos reímos un buen rato ante la estupidez que acabábamos de hacer, una vez pasadas las risas empezamos a darle vueltas a la cabeza, echando cálculos de cuanto tardarían en entrarnos las cagaleras de la muerte.

Cuestión aparte del tema del agua, el caso es que también comimos algo, cosa que nos vino bien ya que no llevábamos casi nada de comida y nos volvimos a encontrar de morros con el dichoso Ramadán, pueblos  desérticos y sin opción a poder comer nada, asi nos encontramos M´Sicci, Azag, Taghrout..... un desastre.
En este último al menos pudimos comprar agua, algo es algo.

De paso paramos a la sombra de un porche y aprovechamos para reparar con unas bridas la bota de Don Trini que tenia un aspecto de lo mas preocupante.



Seguimos rumbo noroeste jugando con una rambla de la que entrabamos y salíamos alternativamente y cruzando algunas pequeñas aldeas, unos cientos de metros después de cruzar la última de ellas, Asemam, el camino cambia drásticamente y se convierte en una pedregosa pista de montaña.





El paisaje es lunar, casi marciano como el que habíamos encontrado un par de días antes llegando a Merzouga, pero como digo, este bastante mas duro, ya que la pista era una alfombra de piedras.
Pero al final como siempre aquí en Marruecos, acabas otra vez en una enorme rambla seca y desierta, en la que a veces no sabes bien que trazada elegir.





Poco después la liamos en el paso entre dos colinas y terminamos encima de una de ellas, lo bueno es que desde allí arriba no queda duda, vemos la pista pasar justo por debajo,  aunque en la foto es difícil percibirlo, ahí estamos justo arriba de una colina, y bajo queda nuestro track.
Al menos hemos aclarado la ruta, volvemos sobre nuestros pasos y enlazamos la ruta correcta que nos llevaría después de una llanura con múltiples pistas posibles y muy rápidas hasta un pueblo ya de cierta entidad Tinejdad, en el que conseguimos encontrar algo de comida y mas agua en una tiendita que encontramos medio abierta.
Tinejdad se encuentra a ambos lados de la carretera que une Ouarzazate con Erfoud, que es una vía de comunicación importante en esta zona, así que aquí puedes encontrar de casi todo, pero desde luego no en tiempos de Ramadán.



Desde Tinejdad enfilamos hacia el oeste hacia Tinerhir , cruzando una enorme mancha de badlands, muy fácil de distinguir en el Google Earth, es como una enorme mancha marrón de bordes muy definidos, limitada al norte por una rambla con la que nos dedicamos a juguetear, y en la que nos perdemos o terminamos entrampados un par de veces, pero bueno, al final a trancas y barrancas la dejamos y cruzamos los badlands en rumbo sur esta vez y por un pequeño sendero facilón y disfrutón, con muchas curvas abiertas y pequeñas colinas, en un sube y baja continuo, aquella senda parecía hecha a medida para divertirse, una pasada.

Ahí andábamos el Peric y el que suscribe pasándolo teta, mientras veíamos que Don Trini se nos quedaba, conectamos con el por los Cardos y nos comenta que nota la moto rara.

Poco antes de Tinerhir, paramos en una gasolinera que nos quedaba a mano izquierda a repostar, y de paso averiguar que era eso "raro" que notaba Don Trini en su TTr.

Cuando cogemos la moto de Don Trini, primero Peric y luego yo, no nos lo terminamos de creer, había que ser muy desdicha para llevar la moto así, a ver si consigo explicarlo.... el manillar estaba totalmente bajado, no se si se me entiende, eso suponía además de la incomodidad, que las manetas de freno y embrague no quedaban en la prolongación de tu mano para poder accionarlas, estaban totalmente verticales, con lo que para accionarlas tenias que levantar los dedos para arriba obligando a la muñeca a un ángulo de 90 grados, era de locos, y el tío no sabia lo que le pasaba, solo notaba algo raro.

Pero eso no es todo, la dirección se le había quedado bloqueada con lo que apenas si podía moverla, estaba totalmente rígida, aquella moto era literalmente inconducible, pero ahí andaba el gachó, que la notaba "rara" manda cojones.

Lo de la dirección se solucionaría con mucho aceite, a base de tirar aceite y moverla, y en un rato volvió a la normalidad.
Lo del manillar lo arreglaríamos esa noche, total, había ido asi "nosecuantos" kilómetros, unos pocos mas no parecía que le importaran.

Llegamos a Tinerhir, a esa hora mágica del día en Ramadán, en la que comienza a ponerse el sol y todo el mundo sale a la calle, nos sentamos en una terraza a tomar el te mientras contemplábamos el espectáculo.
Ya casi anocheciendo nos acercamos a las cercanas Gargantas del Todra, donde en un pequeño albergue a la entrada cenaríamos y nos quedamos a dormir en su terraza al aire libre.






Miercoles 31 de Mayo

Amanecemos en las archivisitadas gargantas del Todra, que aun que las hayas visitado otras veces siguen impresionando cada vez que las ves, si no recuerdo mal esta seria la tercera vez que pasaríamos por aquí, al menos Don Trini y Dimoni, la primera en el 2002 esto era muy diferente a lo que nos encontramos ahora, la carretera terminaba entonces en la entrada de las gargantas, ahora sigue hasta Imilchil y el tramo de las gargantas se ha convertido en un mercadillo para turistas, pero como decía al principio, siguen impresionando.




Nos levantamos, desayunamos y aprovechamos para hacer algunos pequeños arreglos en las motos, sobre todo en el manillar "trambólico" de Don Trini, que quedaría mas acorde y con una posición mas lógica y terrenal. 
El Peric, que es muy metódico, también se dedicó a repasar su moto además de la de Don Trini.

Cruzamos las gargantas en rumbo norte siguiendo la carretera unos cuantos kilómetros hasta Tamtetoucht, donde optamos por dejarla, ya que no nos seduce la idea de recorrernos todo el Atlas hasta Agoudal por asfalto.




De Tamtetoucht, sale una de esas pistas de las que has oído hablar en múltiples crónicas y que se nos había quedado en el tintero, y a eso hemos venido a repasar cosas que se habían quedado en el tintero, así que al lio.
La pista es una puta pasada, no demasiado complicada, mas bien tirando a sencilla, pero consigue que tengas la sensación de estar perdido de todo en este mundo. 
La pista asciende hasta sobrepasar los 2600 metros de altitud, no quiero imaginar lo que será esto en invierno. A partir de ahí comienza poco a poco a descender para terminar encajonándose en un barranco unos kilómetros antes de llegar a Msemrir que esta a unos 2000 metros.
Son en total unos 42 kilómetros, en los que enlazas con dos de los valles mas espectaculares de Marruecos, el que forman las garantas del Todra, con el que forman las gargantas del Dades y que como decía recorres con una sensación de total soledad. 
Una vez llegas al valle del Dades, el panorama cambia completamente y volvemos de nuevo a los palmerales ribereños del rio, con pequeños pueblos cada pocos kilómetros a medida que vas ascendiendo el valle.








Poco después de Ait Moussa el oasis de palmeras termina por desapareces en las escarpadas estribaciones montañosas, y toca cambiar de paisaje para tomar una pista de montaña en continuo ascenso.

El continuo ascenso entre interminables curvas al principio y luego una larga recta acaba en el Tizi-n-Ouano punto más alto de nuestro viaje por Marruecos, este paso se supera a la nada despreciable altura de 2910 metros.

Una vez arriba comienza el descenso hacia el valle, la buena pista se estropea en algún tramo pero sin más problemas.



En la bajada pararíamos y aprovechamos para comer algo y tomar un café, y de paso Don Trini se dedicó a incordiar un poco a un paciente burrito.




Seguimos hacia Agoudal, donde decidimos parar en el albergue de Ibrahim, en el que ya hemos estado un par de veces, aunque esta vez no nos quedaríamos a dormir, solo a comer algo que ya era muy tarde y andábamos con la tripa vacía todavía.
Un rato de relax y a seguir.




Nuestro destino esa noche era el lago Isli, otro de los sitios pendientes que aprovechamos para visitar. Este lago se encuentra cerca de Imilchil, junto con otro de menor entidad el Tislit, que ya conocíamos y en cuyo refugio a las orillas dormimos en uno de nuestros primeros viajes.
Hay una leyenda local sobre un amor no correspondido y cuyos protagonistas son estos dos lagos, el Isli "el novio" y el Tislit "la novia", no me preguntéis más porque no me se los detalles, pero ahí queda la curiosidad.
El Isli hacia el que nos dirigimos es mucho mayor que el Tislit y se encuentra a mayor altitud, sobre los 2100 metros, se llega por una buena pista que sale desde el lago Isli, tras unos 10-12 kilómetros.
Una vez allí la dejamos y cogemos un mal camino, sendero a ratos que va rodeando el lago por su orilla, tras un par de líos conseguimos encontrar el que consideremos lugar idóneo para acampar.





Justo en su orilla y a cobijo del viento en una zona de ligeras ondulaciones. Llevamos algo de comida, no gran cosa, pero suficiente para poder comer algo antes de acostarnos.
Por primera vez en todo el viaje pasamos frio, llevamos unos 5 días en los que prácticamente no hemos  bajado de los 40º y nos pilla un poco desprevenidos. Peric y Don Trini llevan una buena tienda, pero aquí el que suscribe, Dimoni, me fui con la que llamábamos "el sarcófago", un despropósito de tienda, que si hace calor hace su función y pesa muy poco, creo recordar que unos 800gr, pero que como las cosas se compliquen, que Dios te pille confesado.




El caso es que tras comer algo y meternos en el saco, comenzamos a oír como retumba todo por los truenos de alguna tormenta no muy lejana, lo del frio lo arreglas con un buen saco que gracias a dios, al menos yo si llevaba, pero lo de la lluvia con esta tienda tiene difícil apaño, mientras sean cuatro gotas te vale, como le de por llover de valiente, date por jodido.

Hubo suerte y al final y por suerte para mi al menos,  se cumplió aquello de mucho ruido y pocas nueces, solo fueron cuatro gotas, pero el acojono no me lo quitaría nadie, en el Atlas y a mas de 2000 metros de altitud, poca broma.



Jueves 1 de Junio

Amanece un día soleado en el lago Isli, el lago al estar a bastante altura esta rodeado de un paisaje totalmente desprovisto de vegetación, o al menos de arboles.







Desayunamos nuestro "pa torrat" y un café, recogimos trastos y deshicimos camino hasta Imilchil de nuevo.
En Imilchil aprovechamos para llenar los depósitos de gasolina, en la gasolinera que hay a la entrada del pueblo, allí coincidimos con dos alemanes, cargados hasta arriba en un viaje de varios meses por Marruecos, con dos KTM 690, ¡pues no nos dieron envidia ni nada los "cebrones"!, vas tu todo feliz con tu viaje de 10-12 días y te encuentras con esto, 2 ó 3 meses, pufff, 



Pero bueno, no nos quejaremos, menos es nada. Con los depósitos llenos salimos de Imilchil, con idea de hacer lo que en principio seria un track facilón por carretera al menos en su parte inicial, ya después,  hacia el Circo de Jaffar sabíamos que ya seria por camino hasta Midelt, nuestro destino final ese día.

Pero lo que en principio se presentaba como un día tranquilo y sin complicaciones, terminaría siendo de todo menos tranquilo. 
Para empezar el día, nada mas salir de Imilchil por la carretera, nos cruzamos con un señor muy mayor, montado en un caballo muy grande, circulando por la cuneta, nada de un borrico o una mula, aquello era muy grande, el caso es que pasamos uno, otro y cuando pasó el tercero el animal se asustó y tiro al señor mayor de su enorme caballo, claro, como el caballo era grande, la ostia fue del mismo calibre, grande.
Los primeros no nos dimos cuenta, pero Don Trini por el retrovisor si lo vio, nos avisa y damos media vuelta y volvemos a ver que había ocurrido.




Cuando llegamos aquello pintaba mal, el hombre estaba en el suelo inconsciente con una brecha en la cabeza, Don Trini es medico y suele llevar un buen botiquín en todos los viajes, así que se puso a la faena a ver que hacíamos con aquel hombre.
Reaccionó enseguida, con lo que al menos nos tranquilizamos, el hombre estaba vivo. Se dedicó a hacerle una cura, limpiarle la herida y desinfectar.
Mientras estábamos en ello comenzaron a pasar curiosos, unos a pie, alguno en su ciclomotor y también una mujer que iba un poco mas adelantado que el abuelo con una burra, comenzó a formarse allí un especie de reunión masiva, y la mujer sacó su teléfono y llamo a alguien.
A mi aquello llegó un momento en que empezó a no gustarme, recordaba un incidente similar hacia años en un viaje por la India, y la historia siempre es la misma, aquí el que la caga es el "guiri."

Comencé a insinuarles a estos dos que si el hombre ya estaba curado, y no podíamos hacer más deberíamos empezar a pensar en ahuecar de allí, porque yo me veía en una comisaria los días siguientes esperando a que un Inspector o vete tu a saber quien, viniera de alguna ciudad a tomar por saco de allí, para que prestáramos declaración, o alguna historia similar, eso te aboca a una posición de indefensión total y a merced de lo que les de por hacerte.

Pero la señora que había llamado por teléfono, decía que nones, que de allí no se movía nadie.

Y allí estábamos, en medio de un barullo de gente y aquella enganchada al teléfono y dando ordenes por allí de que no nos dejaran marchar.
Tras un rato pelín tenso, esta señora en un momento dado tuvo que irse, no sabemos a que, pero el caso es que se fue, y en tanto en cuanto era la cabecilla y la que daba ordenes allí, y ya no estaba, lo vimos claro, una sonrisa de oreja a oreja, saludando a todos, jiji, jaja...... y salimos por patas de allí.

Piernas para que os quiero, eso es lo único que recuerdo de ese momento...jajajaja. Seguimos con nuestra ruta, hablando por los interfonos sobre lo ocurrido mientras pasaban los kilómetros.
En mi caso, andaba con la neura de si la tía aquella sabiendo la carretera por la que andábamos, había avisado a la policía y estos habían avisado a algún puesto de alguno de los pueblos que pasaríamos y todavía tendríamos algún problema, pero no, no era mas que eso, una neura que te entra en ese momento, de hecho Don Trini y el Peric se reirían de mi a cuenta de esta historia.

A medida que pasaban los kilómetros por aquella carretera y dejábamos atrás alguna aldea, comenzamos a olvidar un poco el incidente, pero entonces comenzamos a caer en la cuenta de que llevábamos mucho tiempo sin cruzarnos con nada ni con nadie, cosa rara, ya que es una carretera, no un camino o pista, además de vez en cuando vemos regueros de piedras y tierra en mitad de la calzada, comenzamos a intuir que estos últimos días por aquí ha habido tormentas y al parecer bastante intensas.

Seguimos ruta hasta que averiguamos porque llevamos tanto tiempo sin cruzarnos con nadie en sentido contrario, la carretera  esta en tan mal estado, que ha acabado por ser
una pista y además esta totalmente cortada por un desprendimiento de tierra.



Y aquí los dos intrépidos "guiris" con sus yamaha´s, que claro, como son toto terreno, enduro y todo eso, piensan que para ellos no hay limites, el mundo es nuestro chavales....jajajaja.
El Peric algo más precavido se queda viendo el espectáculo.

De ahí no hubo quien las sacara, se quedaron literalmente pegadas al suelo, no es coña.



Por suerte la KTM del Peric estaba fuera de la trampa, por poco, pero se escapó, así que sacamos cinchas y nos pusimos a la faena. Pero la cosa se presentó más complicada de lo que pudiéramos pensar, la Katy a todo trapo no podía con ellas, la rueda trasera derrapaba y no traccionaba, y no conseguimos nada.
Hubo que pringarse e intentar desenterrarlas, pero no había manera, con el follón que montamos, aparecieron por allí tres paisanos. Estos se habían quedado atrapados con una especia de pick-up, pero al otro lado del derrumbe, así que pactamos una especie de "quid pro quo" y nos pusimos a la faena, yo por ti, tu por mi.




Conseguimos sacar entre todos y la Katy del Peric las dos motos de la trampa, y ya con más cuidado y por un lateral pudimos sobrepasar esta zona, unos 100 metros más adelante estaba el coche atrapado también y allá que fuimos, otra vez nos pusimos de barro hasta las orejas, pero conseguimos sacarlo también, todos contentos y a seguir con lo nuestro cada uno.

Pufff, vaya mañanita andábamos pensando,..... cuando comenzaron a oírse truenos lejanos en un principio, pero que cada vez sonaban más cerca, aunque tuvimos suerte y conseguimos esquivar todas las tormentas esa mañana.

Paramos en el Alberge Oudaden, que nos quedaba en nuestra ruta y ahí aprovechamos para comer.






Mientras comíamos seguíamos oyendo los truenos, de hecho en algunos momentos retumbaban hasta las paredes del albergue, pero seguía sin llover.

Seguimos con nuestro track convencidos ya de que seguiríamos teniendo suerte y no nos mojaríamos. El asfalto acabaría y cogeríamos el cruce que nos llevaría por un camino de montaña hacia el Circo de Jaffar, la idea era atravesarlo para desde ahí llegar a Midelt.

Ponemos rumbo a las faldas del Jbel Ayachi, para desde ahí ir hacia el paso del Circo de Jaffar, del que no teníamos noticias de su estado, ya que dependiendo de la época del año y los derrumbes con las lluvias puede estar fácil y abierto y no tanto, e incluso en algunas ocasiones sin posibilidad de paso, aunque no suele ser lo normal.

Entramos en zona boscosa, en un bosque de cedros y encinas, y aquí si, tocaria parar, porque estaba empezando a llover, la tormenta arreciaba y no nos la quisimos jugar. pero el problema seria que no estábamos preparados para la lluvia, llevábamos algún chubasquero, que para una lluvia normal valdría, pero si apretaba mal rollo, y eso para la parte superior, pantalones impermeables ni de coña.



Pero bueno, pensábamos que nos llovería algo y listo, y seguimos con la ruta, comenzamos a ganar altura, y comenzamos a pasar algo de frio, pero la lluvia era ocasional y suave, así que.... pintaba bien.

Hasta que se lio parda, comenzó a llover, rayos, truenos y mucho viento.... y sobre todo, mucha, mucha agua, demasiada. Los impermeables pronto comenzaron a no ser suficientes, y el agua comenzó a calar y a entrar por todas partes, después de todo el día escapándonos de la lluvia, nos iba a pillar la tormenta en el peor sitio posible, a mucha altitud y con un frio que pelaba.
Llegó un momento en que ya estaba todo hecho, estábamos totalmente calados, hacia mucho frio y no tenia pinta de parar, el problema es que estábamos en mitad del Alto Atlas sin opción de ningún refugio y además con la incertidumbre de si el paso del Circo de Jaffar estaría abierto o no.
Llegó un momento en el que el frio comenzó a hacer efecto, y al menos en mi caso me entraría la "tiritona", no se si os ha pasado alguna vez, supongo que es lo que precede a una hipotermia.

El camino comenzó a convertirse en un lodazal intransitable...... a ver resumiendo y por no enrollarme, que las pasamos putas durante un rato. 
Conseguimos llegar al paso del Circo de Jaffar, pelín acojonados por ver como estaba y congelados, y en cosa de unos minutos cambió la película totalmente, el paso no solo estaba abierto, si no que además estaban trabajando las maquinas, con lo que era casi una autopista, tiramos a todo trapo para arriba hacia la llanura que nos llevaría hacia Midelt y justo ahí dejaría de llover y subiría la temperatura de una manera ostensible, cogimos la buena pista a buen ritmo lo que hizo que comenzáramos a secarnos rápidamente, para cuando llegamos a Midelt estábamos prácticamente secos.

Alá aprieta pero no ahoga.




Acabamos en un hotel a las afueras de Midelt, uno de esos con pinta de gran hotel, pero que tuvo tiempos mejores, pero eso si, tenían cerveza.




Lo siguiente fue cambiarnos e irnos a Midelt, lo haríamos en un Renault 12 de cuando Franco era cabo, el trayecto en aquello merecería por si solo una crónica escrita de al menos un par de folios, pero lo dejaremos en que fue divertido.

Llegamos a Midelt en el momento mágico del Ramadán, cuando todos salen a comprar la cena, y la ciudad se convierte en un continuo ir y venir de gente por todas partes, así que nos sentamos para ver el espectáculo. De repente desaparecen todos, las calles se quedan vacías de nuevo, es hora de cenar.

Viajar en Ramadán en Marruecos es una película, no lo aconsejaría por lo que supone no poder comprar comida en todo el día, ni tomarte un te, ni comer, es una historia ya que esta todo cerrado, pero tengo que reconocer que el bullicio en las ciudades cuando se pone el sol y termina el ayuno es todo un espectáculo y tiene su encanto.


Viernes 2 de Junio

Nos preparamos para la ultima etapa que haremos fuera de asfalto, ya que la ultima seria ya de tramite para ir hasta Melilla para coger el Ferry de vuelta.
Salimos de Midelt por asfalto en rumbo este hacia Er-Rachidia, pero a apenas unos kilómetros dejaríamos la carretera para coger un camino siguiendo nuestro track, este track discurre paralelo a la N15 que va hacia Missour, la idea era precisamente evitar esa carretera por lo menos hasta Saïda, pero al final se complicaron las cosas y optamos por volver a la N15 para seguirla hasta Essarrarem donde de nuevo el track dejaba la N15 para ahora si, meterse en dirección oeste en la planicie ya por caminos.



Teníamos por delante un largo tramo de mas de 100 km, en los que nos te vas a cruzar con nada ni con nadie, salvo algunos dromedarios de vez en cuando.
La primera parte serian unos 60 km en rumbo oeste, para después subir en rumbo norte hacia Outat el Haj. En general seria una planicie sin mas historias, que los cruces de ramblas que cada cierto tiempo encontrábamos, los hubo de todos, de los fáciles, y alguno que otro no tanto, pero en general sin problemas serios.

Otros habitantes con los que nos encontramos un par de veces fué con tortugas como esta.



Llegamos a Outat el Haj al medio día con un calor infernal, y con los problemas de siempre, todo cerrado, hasta la gasolinera, tuvimos que esperar un rato a que apareciera alguien por allí.
De comer ni de coña, todo cerrado, lo único que pudimos conseguir serian una botellas de agua, algo es algo, así que nos tiramos allí a la sombra en una especia de porche que había al lado de la gasolinera y arramblamos con lo poco que llevábamos de comida encima, una putada esto de viajar en Ramadán en Marruecos, ni un misero te nos pudimos tomar.
Con la tripa llena de agua y poco mas, seguimos ruta por un camino asfaltado hacia la aldea de Tissaf y ya a partir de ahí por caminos.
Volveríamos a lo mismo de la mañana, planicies, secarrales y dromedarios.




Nos esperaba otro buen tute de  pistas y caminos, unos 126 kilómetros hasta Debdou, que seria el destino previsto para ese día, 
La primera parte fácil en general, y ya en el tramo final se complicaría un poco la cosa, el camino paso a convertirse en un pedregal, durante muchos kilómetros, lo que hizo que nos tuviéramos que aplicar a la faena, 




No eran continuo, pero se iban sucediendo franjas de zonas con mucha piedra, pufff, complicado llevar la moto por aquí, había que entrar con mucha decisión, pero si pasarte para no reventar ninguna rueda.



El camino poco a poco se fue "civilizando" hasta que llegamos a una carretera, que nos llevaría después de unos pocos kilómetros hasta Debdou.
La llegada es muy guapa, ya que venimos de la altiplanicie que forma el Rekam, estamos en los limites y Debdou se encuentra allá bajo, con lo que la bajada hasta Debdou es un puerto de montaña con continuas curvas y con buenas vistas en todo momento hacia el valle allá bajo.

En la bajada hacia Debdou había una especie de camping, pero estaba cerrado, así que optamos por seguir hasta Debdou donde sabíamos que había un albergue, Dar Sbylia, de hecho es el único del pueblo.
Debdou como no podía ser de otro modo en Ramadán estaba desierto, encontramos el albergue y nos instalamos en el, genial el sitio, incluso nos dejaron meter las motos en el patio.





Pensamos que Debdou despertaría de su letargo con el canto del Almuecín anunciando el fin del ayuno, pero no, es un pueblo pequeño y aquello continuaba muerto, así que la esperanza de comer algo por alli se nos esfumaría, y literalmente llevábamos mas hambre que el perro del afilador.

Por suerte volvimos al Dar Sbylia y nos dijo que sin problema que nos preparaban una especie de cous cous. No recuerdo disfrutar tanto con una comida, como esa cena en el Dar Sbylia, la verdad es que con el hambre que llevábamos nos hubiéramos comida cualquier cosa, pero es que aquello estaba espectacular. 


Sábado 3 de Junio

Y si la cena fue espectacular, el desayuno no lo seria menos, lo dicho, que nos gusto mucho el sitio y el trato. Muy recomendable si pasáis por aquí, ... además como decíamos antes, creo recordar que es el único que hay en el pueblo.



Y poco mas que contar ya, los 165 km que restaban hasta Melilla serian por carretera. Nos presentamos en el mismo puesto fronterizo de Beni Enzar por el que habíamos pasado 8 días antes, pero esa tarde el panorama seria otro, aquello era un puto caos, largas colas, gente nerviosa, buscavidas... pufff, 
Pero bueno, aunque fue bastante mas farragoso que la entrada conseguimos entrar en Melilla.

Primera "faena" nada mas cruzar....



Cenamos en Melilla, y nos subimos al ferry, el trayecto seria durante la noche, llegada por la mañana a Almería y regreso a casa ya con el coche y el remolque.

Como conclusiones de este viaje, pues que con poca gente se va mas rápido, éramos tres, tres motos, tres problemas, si vamos seis..... pues eso, 
No tuvimos ninguna avería reseñable, ningún pinchazo, nada, así que junto con que éramos pocos, hizo que llegáramos a todos los sitios incluso antes de lo previsto, los dos primeros días nos meteríamos un buen tute, después la cosa iría más relajada.

La verdad es que fue un poco aburrido, echamos de menos alguna avería, pinchazo...jajaja

Saludos desde la Ci.