Komando Pupas
Tontos no som, pero be be no estem, vitat?
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lunes, 20 de marzo de 2023
KP TRANSMAROC 2023
Hay muchas ganas de volver, así que nada mejor que tener 13 días por delante para darle un buen repaso a nuestro paraíso del sur, todavía queda pero el track ya esta prácticamente definido.
Ferry desde Almería para desembarcar en Nador, apenas unos 20 km de asfalto y comenzamos track offroad, aunque en estos primeros compases de la ruta, algún tramo de asfalto inevitable habrá que hacer, pero será poco.
En Ait Beni Mathar cogeremos la mítica Oriental en una de sus múltiples variantes, que nos llevará hasta el Chott Tigri, la idea inicial será acampar en las fuentes y seguir rumbo sur-oeste hacia Boudnib para coger otra de las pistas míticas, aunque con alguna variante, la Citroën, que nos llevará hasta Risani.
De ahí por el norte hacia el paso del Oasis Mharech para tomar una ruta fronteriza muy al sur hacia Tagounite, entramos en el Gran Sur, acampada donde nos pille. Una vez en Tagounite obviaremos la ruta por Mhamid hacia el Erg Chegaga para entrarle mas al norte desde el Oasis Sagrado.
Nos espera la inmensidad del Erg Chegaga y las interminables planicies del Lac Iriki, la idea pasar la noche en el Erg Chegaga, donde se puede disfrutar de una de las cosas más impresionantes que jamás hemos vivido en Marruecos....."el silencio", creereis que es una tonteria, pero es algo dificil de explicar con palabras.
Una vez atravesado el Iriki en rumbo norte hacia Foum Zguid, nos espera un pequeño bar en la plaza con las mejores patatas fritas y la cerveza mas fresca de todo Marruecos, seguro que a estas alturas nos la mereceremos.
Siguiendo rumbo norte hacia los Llanos de Isil, otro de esos sitios que quedaron grabados en la memoria de otros viajes y que volveremos a visitar. Llegaremos a la civilizada Ourzazate, víveres y gasolina y alguna reparación para prepararnos a entrar en la siguiente etapa del viaje... el Alto Atlas.
Pondremos rumbo norte hacia por una carreterucha hacia Demnate, para meternos de lleno en el Alto Atlas, una vez en el en rumbo este enlazando algunos valles y algun puerto de montaña hasta llegar a la Catedral de Imsfrane, un lugar que siempre quedó en el tintero y que nunca hemos visitado.
El acceso desde Imilchi por la ruta del Assif Melloul ha estado durante años cortado y en muy mal estado, ahora parece que esta arreglado y se puede pasar sin problema, asi que lo tendremos fácil, aunque lo haremos en sentido contrario hasta Anergui.
De ahí en rumbo noreste nos esperan muchos kilómetros de Atlas, hasta llegar a otra de los lugares miticos, el Circo de Jaffar, cruzaremos sus gargantas y hacia Boumia siempre en rumbo norte ahora para entrar en un Atlas mas poblado de vegetación.
El siguiente destino será el Jbel Tazeka justo antes de llegar a Taza, para ya en la etapa final seguir track offroad hasta cerca de Nador, donde seguiríamos ya por asfalto hasta Melilla.
Noche en Melilla, seguro que caerán unas cuantas cervezas esa noche y al dia siguiente ferry a Almeria y para casa.
Serán en total unos 3200 km, ese es el plan, cualquier parecido con la realidad, será pura casualidad.
Saludos desde la Ci.
domingo, 29 de enero de 2023
Marruecos 2017. "Lugares pendientes"
Para esta ocasión volvimos a los ancestros, salir desde Almería donde cogeríamos el ferry que nos llevaría hasta Melilla. Se trabajó hasta el viernes a medio día, arrearíamos hacia Almería para coger el Ferry nocturno, la idea era estar el sábado por la mañana montados en la moto y perdidos ya por tierras marroquíes.
Sábado 27 de Mayo.
Y así fue, ferry nocturno y desembarco sin novedad en Melilla a las 8 de la mañana. Eso si, el Peric, que fue el encargado de la logística, nos consiguió unas "suit nupciales" a precio de cutre-camarote, es lo que tienen los fuera-temporada, además en mi caso que estaba solo en la habitación, ya que éramos tres y eran dobles, ya lo flipas, me podía perder por allí.
Cambiando Dirhmas en "el Talento", que fue el lugar que nos aconsejaron, nos enteramos de una "pequeña" curiosidad que al principio nos tomamos a risa, pero que junto con el calor bochornoso, nos condicionaría el resto del viaje y de que manera.
La entrada a Marruecos por Beni-Enzar fue bastante light, por lo que recordábamos de otras veces hace años. Aunque todo sea dicho, esta vez llevábamos la lección bien aprendida, y además la documentación lista, a saber el típico papelito blanco de siempre que nos imprimimos y rellenamos en casa y el D16ter que se puede completar e imprimir también en casa desde la web de aduanas marroquí.
Con eso y habiendo leído algún que otro comentario del proceso en foros y demás, nos apañamos muy bien y sin ayuda externa. Tan solo era cuestión de observar un poco con calma sin ponerse nervioso e ibas adivinando por donde iban los tiros.
El sellado del pasaporte fue instantáneo en cuanto localizamos donde lo hacían, no había cola, y en la cabina donde se entregaba el D16Ter había cola infinita, a saber:
" Dícese de aquella cola en la que va llegando gente pero tu siempre eres el último."
Si no recuerdo mal eran sobre las 10:00 de la mañana, acojonante, en dos horas habíamos bajado el barco, desayunado, cambiado a Dirhams y cruzado la frontera, ni en el mejor de nuestros sueños.
Cruzamos Nador con mucho trafico y apenas salimos tomamos el desvío hacia el este por la carretera de Kariat, que dejamos unos pocos kilómetros después para meternos de lleno en las ansiadas pistas lejos del asfalto. Aquí comienzas a ser consciente de las horas y horas con el Google Earth meses antes buscando pistas, caminos, atajos y cualquier cosa que te permita enlazar kilómetros sin tener que tocar asfalto, o al menos lo mínimo posible.
Si las cosas se hacen bien y contrastas un poco con otros tracks en general todo sale rodado y así fue el día en general. En las huertas de Zaio rompimos un poco la tónica general hasta ese momento, aunque no por mucho tiempo, enseguida volvimos al secarral de nuevo.
Un poco mas al sur nos encontramos la primera zona complicada del día. No para nuestras monturas (Ktm625 y TT600RE), que aunque cargadas se defienden bien, pero siempre ando repasando el track por si un día me diera por hacerlo con una maxi-trail.
Poco después cogimos una carretera que nos llevaría hasta la presa del embalse de Hammadi y que no soltaríamos hasta El Aioun. En El Aioun comenzaríamos a ser conscientes de lo que suponía eso del Ramadán.
Ilusos de nosotros pensábamos que ellos no pueden comer ni beber, pero nosotros si. Pues no, básicamente esta todo cerrado, así que nos pilló con las bragas bajadas. Ni un misero te nos pudimos tomar, nos perdimos uno de los mayores placeres de un viaje a Marruecos, sentarte en una concurrida terraza de cualquier pueblucho a tomarte un te rebosante de hojas de hierbabuena.
Agua si pudimos encontrar, pero pan no había. Nuestra rutina en Marruecos suele ser comer en los pueblos y ahí comprar pan y agua, con eso y lo que llevamos nosotros cenamos y desayunamos el pan tostado con aceite de rigor, así que nos quedamos sin comer y sin pan para la cena y el desayuno. Menos mal que en Melilla habíamos comprado un bocadillo para llevar en un bar y eso nos salvo el día.
A partir de El Aioun vendría un tramo de offroad muy guapo, con apenas unos pocos kilómetros de asfalto, que nos llevaría hasta la R606 poco antes de Ait Benimathar.
En Ait Benimathar comenzamos a ser conscientes de lo que nos esperaba, ya estamos por encima de los 40º...... y lo que te rondaré morena.
Conseguimos encontrar una tiendita abierta, nos zampamos el bocata de Melilla y cargamos de agua. Abrazos, besitos, buena suerte y a "pelársela" cada uno como pueda. Nos separamos en la gasolinera de Ait Benimathar tras llenar depósitos y pillar una botella de un par de litros de más por si acaso en Tendrara les da por no tener gasolina.
Había tres tracks trazados para la ocasión, uno al este de la carretera y los otros dos al oeste lo suficientemente separados para no encontrarse, se unirían en Tendrara para separarse de nuevo hacia el Chott Tigri y ahí se unirían hasta Figuig.
Cada uno se buscó la vida durante unos cuantos kilómetros, en general la experiencia fue curiosa, tiene su morbo lo de saber que vas solo por lugares remotos y que si te pasa algo es probable que las pases putas, o al menos mas que si vas acompañado.
En general por lo que hablamos después, los tres tracks eran similares y sin demasiadas complicaciones. El plan era parar en Tendrara para intentar comprar algo de comida y repostar, y de ahí seguir a las fuentes del Chott Tigri, que se presentaba como el lugar ideal para pasar la noche.
Aunque no era algo establecido, de hecho allí acabamos encontrándonos los tres.
Cada uno fue a su bola, Don Trini se lo tomó con calma y se dedicó incluso a grabarse con la Gopro, cosa que luego se agradece por que te puedes reír un rato en el video que montamos.
El Peric y servidora como somos unos "picaos" fuimos a saco a ver quien llegaba antes....jajajaja.
En mi caso me encontré con unos 10-12 kilómetros de obras, en lo que parecía una autopista, de verdad que a veces te encuentras cosas que son difíciles de entender, en medio de ningún sitio de repente te encuentras con unos movimientos de tierra brutales, el problema es que la tierra estaba tan machacada por los camiones que era polvo de talco y las pase realmente mal, además de ponerme perdido de aquellas harina, pero de repente acaban las obras y allí queda aquello, en fin, ellos sabrán.
A partir de ahí puro Rekam, planicies y mas planicies, el problema era que me aburria mirando el paisaje y cuando me quería dar cuenta me había desviado del track una barbaridad,.... el resultado fue que me pase todo el día yendo a campo a través intentando enlazar con el track, que perdía en cuanto me relajaba un poco.
Pare a rellenar el deposito con la botella de dos litros de gasolina que llevaba y me di cuenta que el consumo a ese ritmo, era ridículo. Así que hice mis cálculos y deduje que podía llegar hasta Figuig sin repostar, con lo que me podía saltar el repostaje en Tendrara y meterle un gol al Peric......jajajaj.
Así que pasé de largo por Tendrara, que la verdad no es que tenga mucho encanto, al menos la periferia, invadida desde muchos kilómetros antes por miles de bolsas de plástico agarradas a los matorrales y me dirijí hacia la antigua estación de tren para comenzar la ruta hacia el Chott Tigri, que fue ganando en espectacularidad y pequeñas complicaciones en forma de pasos de arena a medida que me acercaba y avanzaba la tarde.
La llegada fue orgásmica, el lugar al atardecer con la puesta de sol era mágico y además, llegué el primero, con lo que ya podía cachondearme de mi compi el Peric que es casi tan "picao" como servidor.
La fuente no puede mas que sorprenderte, parece irreal encontrarse aquello en un lugar así. De todos modos no estuve solo, había allí unos paisanos cargando de agua.
Mientras esperaba la llegada de mis dos compañeros de viaje me di un garbeo por el lago seco, lo típico, eso de cerrar los ojos y dejarte llevar, sabiendo que no hay nada contra lo que tropezar ni ninguna trazada de la que salirte, la última vez que recordaba haber hecho algo así fue en Playa Blanca, mucho mas al sur y al oeste de donde nos encontrábamos ahora.
Al poco llegó el Peric, efusivos abrazos y todo eso y al lio, montamos campamento y nos dedicamos a esperar a Don Trini que llegó con las ultimas luces del día.
Y allí pasamos la primera noche en Marruecos, bajo un cielo estrellado, de esos que ya no vemos ni en pintura por allá arriba y con el sonido del agua de la fuente del Chott Tigri como banda sonora.
Domingo 28 de Mayo.
La noche fue larga, todo apunta a que nos estamos haciendo mayores y cada vez se duerme peor con el aislante este de 1 centímetro de espesor de toda la vida, habrá que ir buscando alternativas, por que esto ya no es lo que era.
Nos despertamos con compañía de lugareños cargando agua con un camión, al poco aparecen tres o cuatro estelas de polvo de alguna moto en la lejanía, vienen hacia la fuente y lo que parecían en principio algunas trails de guiris como nosotros resultan ser mas lugareños con motos chinas de estas de 125 a todo trapo, con las que presupongo nos darían un buen repaso si nos liáramos a carreritas con ellos por estos lares.
Desayuno y a la ruta. Con sorpresa por que mi TTR no arranca, demasiadas cosas enchufadas en los puertos USB, el intercomunicador, el móvil, la batería de la Gopro, la de la Canon....., resultado, batería "out".
Cinchas, un buen arrastre de mi compi con su hermanita TTR y a la marcha. Nos queda un largo día por delante, el más largo y más duro que tendríamos en todo el viaje, sobre todo por el calor.
La primera etapa seria hasta Figuig, donde la idea inicial era comer y repostar, para después poner rumbo oeste hacia Boudnib.
Mucha arena al principio y después caminos fáciles con unos paisajes extraños, hermosos y enormes. Con algunas sorpresas como encontrarte con un embalse de agua.
Irreal, pero allí esta en mitad de la nada. Después de la parada seguimos por pistas, mas anchas ahora, hasta que llegamos a la carretera de Figuig y a los pocos kilómetros nos paran en un control rutinario de policía, seguimos y entramos en una desierta Figuig, de Ramadán estricto. Nada mas llegar a mano derecha encontramos la gasolinera en la que tampoco parece haber nadie, el calor es bochornoso siempre por encima de los 40º y nos sentimos como en un escenario post-apocalíptico allí solos por aquellas enormes avenidas.
Vamos justos de gasolina, el próximo repostaje posible esta muy lejos de allí, y no nos seduce mucho la idea de quedarnos en Figuig, por suerte aparece un tío por allí y nos llena los depósitos.
Nos damos un paseo por Figuig con la esperanza de encontrar algo abierto y poder comer, pero esta todo cerrado hasta el hotel-camping Figuig, que pensábamos podía ser una opción estaba cerrado a cal y canto
En la plaza Tachraft sabíamos que había algunos Cafés, estaban cerrados pero había una tiendita que estaba abierta, al menos pudimos comprar agua y algunas porquerías para poder comer algo tirados en una cera a la sombra, ante la mirada hostil de algún parroquiano que pasaba por allí. No era nuestra intención faltarle el respeto a nadie, era pura necesidad, una sombra, beber agua y comer algo, lo que fuera y como fuera.
Con el estomago lleno salimos de la desierta Figuig al medio día, rumbo oeste y con la temperatura subiendo para los 45º. La salida de Figuig seria por carretera, en total unos 30 kilómetros de aburrido asfalto, hasta llegar a un punto donde se bifurca la nueva y la antigua carretera, por supuesto optamos por la antigua carretera que de seguro tendría mas emociones que la sosa moderna.
Así fue, la antigua carretera discurría paralela a la rambla que cruzaba cada cierto tiempo, en cada uno de estos cruces las aguas han arrasado con el puente existente o con el paso que pudiera haber, así que como preveíamos, no nos aburrimos, en un punto incluso pensamos que nos tocaba recular, ya que la cosa se complicó mas de la cuenta, en situación normal se empuja y listo, pero a estas temperaturas cualquier mínimo esfuerzo se convierte en toda un hazaña.
Conseguimos pasarlo y unos 25 kilómetros después dejamos la N17 y cualquier resto de asfalto, a partir de aquí tendríamos muchos kilómetros por delante de disfrutar y padecer al mismo tiempo.
Esta pista comienza justo junto a una enorme torre de comunicaciones, que pensábamos era un control militar que nos harían parar, pero no fue así, pasamos sin ver signos de vida por allí, la lógica me dice que los militares a esas horas y con los 45º en el termómetro, pensarían que lo mas inteligente es esconderse y dejar tranquilos a los guiris.
Nos quedaban por delante unos 90 kilómetros de pistas y caminos hasta el próximo núcleo habitado de Ain ech Chair.
Los recuerdos que tengo son básicamente, mucho calor, asfixiante en algunos momentos, muchas trampas, la pista cruzaba infinitos regueros y pequeñas rieras que se convertían en surcos lo bastante profundos para tener que andar con mucho ojo y no llevarte algún susto al encontrártelos de repente sumido en tus pensamientos.
Pasamos algunos controles militares pero seguían con la misma tónica, estaban escondidos en sus barracas y ni siquiera se dignaban a salir y pararnos, a lo sumo los veías asomarse por la puerta o algún ventanuco, así que en ese sentido problemas cero.
Llegando a Ain ech Chair los gps´s comenzaron a hacer cosas raras y acabamos persiguiendo unicornios por la planicie aquella infinita. Finalmente optamos por seguir una pista que pensamos nos podía llevar en rumbo correcto y nos olvidamos de los gps´s por unos momentos.
Ain ech Chair, como ya venia siendo norma, estaba totalmente desierto, era como si todos sus habitantes hubieran desaparecido, no conseguimos agua y tuvimos que echar mano de nuestra garrafas de agua hirviendo que llevábamos encima, algo es algo.
Fueron momento críticos, de esos en que te planteas ¿Qué hago yo aquí?, en este jodido horno en el culo del mundo, para mas inri paso por allí un remolino de polvo, de los que habíamos visto varios llegando allí, formando pequeños tornados, esta vez nos lo comimos entero tirados en aquella callejuela, era lo que le faltaba al guion.
Salimos de allí con Bounane como próximo objetivo, la salida se nos complicó al no poder localizar el track marcado. La opción final fue optar de nuevo por olvidarnos del gps un rato y trazar rumbo campo a través hasta engancharlo de nuevo. La tónica de este tramo fue mas o menos la misma del anterior, seguimos con los dichosos regueros tramposos, hasta que llegamos a la carretera que nos conduciría hasta Bounane.
En la plaza del pueblo había un camión parado vendiendo unas sandias enormes, aquello fue como ver un oasis en el desierto, nos lanzamos de cabeza al camión y compramos una bien grande.
Como no queríamos dar un espectáculo allí en medio de la plaza, cargamos los casi 10 kilos de sandia como pudimos en una moto y nos fuimos a las afueras a la sombra de un árbol a devorar literalmente la sandia. Estábamos muertos de sed y de hambre y aquello nos resucitó e insufló nuevas fuerzas. Ahora uno se ríe, pero hay que vivirlo para saber lo que se pasa...jajaja, estaba siendo un día durillo.
A partir de ahí con el estomago hasta arriba de sandia, con algo mas de moral ya y circulando por carretera facilona, todo se comenzaba a ver de otra manera. Boudnib estaba cerca.
En Boudnib todo cambio eran las 7 u 8 de la tarde, no recuerdo exactamente, pero a esas horas todo cambia, la gente comienza a salir a las calle, abren las tiendas, las panaderías lucen sus banastas llenas de pan recién hecho y hasta incluso los cafés comienzan a abrir sus puertas, por fin..... vida.
Encontramos un lugar donde repostar de garrafa sin problema y justo al lado nos pudimos tomar el primer te desde que llegamos a Marruecos, por fin.
Compramos pan y provisiones, y nos relajamos un rato sentados en la terraza del Café de la esquina, disfrutando del ambiente.
Lo bueno de viajar en estas fechas (Mayo) es que el día es laaaaargo, muy largo. Pensamos en todo lo que hemos pasado y hecho ese día y nos parece una eternidad.
Y lo que todavía nos quedaba.
Dejamos Boudnib al atardecer para ir a buscar el track que cruzaría el oued Guir, un rio que recordaba muy caudaloso y con problemas años atrás, y que en esta ocasión iba mucho mas seco.
La idea inicial era ascender a la Hammada de Guir para hacer noche allí arriba, había leído varias crónicas y según el caso había gente que consiguió que los dejaran pasar y otros que no.
Había varios accesos, y realizamos un par de intentos, dejamos la pista y pusimos rumbo este para ascender hacia la hammada, pero antes de llegar al puesto militar se nos adelanto por el camino un joven alto vestido de civil y muy amablemente nos indicó que por allí no podíamos pasar, así que tocó recular y volver por donde habíamos venido.
No nos dimos por vencidos y unos cuantos kilómetros mas adelante y ya de noche cerrada lo volvimos a intentar por otro acceso que tenia controlado en el google earth, pero no hubo suerte tampoco, esta vez llegamos hasta la barrera misma, allí un chaval joven, nos indicó también muy amablemente que no era posible pasar.
Paramos las motos y nos invitó a un te, estuvimos allí un rato charlando y contándonos que era de Agadir y que se pasaba allí tres meses solo para después irse un mes a su casa de permiso.
El lugar tenia su encanto, y el tío disfrutaría de unos atardeceres impresionantes, .... pero joer, tres meses allí solo y con lo mínimo para subsistir, supongo que eso hay que vivirlo para entender lo que supone.
Reculamos de nuevo, hechos polvo cansados y defraudados por no haber podido acceder a la Hammada de Guir, era de noche ya cerrada, casi las 12, nos metimos en una pequeña rambla al abrigo del viento y "mal-cenamos" antes de meternos en los sacos a dormir.
La noche también estuvo entretenida, y tuvimos visitas varias de habitantes de las arenas en busca de nuestros restos de comida, es lo que tiene dejarlos a mano y no guardarlos bien.
Lunes 29 de Mayo
Desayuno y arreando, el destino hoy seria Merzouga.
Al no poder acceder a la parte superior de la Hammada, no nos quedaba otra que ratonear por la base de esta, y a eso nos dedicamos toda la mañana, en general terreno facilón y sin demasiadas complicaciones.
En algunos momento llegamos a pensar que estábamos en Marte.
Justo después de parar en este lugar ha echar alguna foto nos encontramos con una bajada que tenia su guasa.
Nos lo pensamos, pero no había otra, o bajábamos o bajábamos, jajaja.
Continuamos esta vez en rumbo oeste, y comencé a darme cuenta de que en realidad estábamos muy por encima del resto del terreno circundante, no estábamos en la parte superior de la Hammada, pero era como una meseta intermedia, además llegamos a un lugar que había visto en unas cuantas fotos de crónicas y que era uno de los sitios por los que quería pasar.
Así que al final no andábamos tan desencaminados. Paramos en este curioso lugar, en el que de seguro se formará una cascada el día que caiga una tromba de agua y en el que da la sensación de haberse derrumbado no hace mucho tiempo, aunque en geología lo del tiempo es muy relativo.
La parada tuvo que ser breve por que comenzó a soplar mucho viento lateral y comenzamos a temer el vernos envueltos en una tormenta de arena.
Seguimos ruta por la planicie hasta las cercanías de un puesto militar donde comenzaba el puerto de descenso hacia la parte inferior, aquí confirmamos que realmente estábamos en una meseta a bastante altura.
Tras bajar el puerto la pista transcurre junto a unos taludes fronterizos artificiales, Argelia queda muy cerca durante toda esta ruta, y esos taludes separan ambos países durante cientos de kilómetros.
Siguiendo el track ya sin el molesto viento, llegamos a un pequeño oasis de palmeras, a la salida junto a lo que parecía un cementerio en medio de la nada, nos encontramos con la pista cortada con advertencias de los militares de que por allí no. Tocaba improvisar y desviarnos de nuestro track.
El caso es que preparando el track recordé que cerca de allí había un lugar relativamente frecuentado, el Oasis Saf Saf, así que reculamos un poco y pusimos rumbo hacia él
La llegada a la parte inferior del oasis no la vimos muy clara así que optamos por hacer una parada mas arriba desde donde teníamos buenas vistas de las pozas de agua del Oasis.
A pesar del calor bochornoso la verdad es que no nos hicimos el animo de darnos un baño, descansamos un poco y trazamos rumbo hacia Merzouga a ver que salía, seguimos algunas rodadas que nos llevaron de cabeza a un rio de arena muy ancho, que de hecho era la continuación del nacimiento de agua en Oasis Saf Saf. En estas fechas estaba prácticamente seco.
El rio de arena a ratos fue una buena idea y a ratos pensamos que nos habíamos colado, sobre todo cuando la arena demasiado blanda no te dejaba prácticamente avanzar y había que ir "remando". Pero después de un tramo complicado siempre venia el respiro y conseguíamos avanzar mas rápidamente hasta que llegamos a Tiserdmine, reventados y sudando como gorrinos después del dichoso rio de arena que a 40º no era el lugar mas apetecible donde pelearse con la moto.
Tras reponer un poco de líquidos, dejamos Tissermine y al poco nos llevamos la agradable sorpresa de que ya teníamos las dunas del Erg Chebbi a la vista, subidón y algún susto cruzando algún cordón de dunas que nos encontramos en nuestro camino, al que con la emoción le entramos demasiado rápido y la suave subida de un lado se convirtió en un cortado en el contrario.
Susto y rumbo al espectacular Erg Chebbi sumido en una bruma de arena, ya que el viento volvía a soplar con fuerza.
El Nasser Palace nos parecía un buen lugar para descansar después de dos días durmiendo por ahí y del palizón que nos habíamos metido entre pecho y espalda, casi 1000 km de pistas y caminos rotos, de ramblas y rios de arena,..... casi la mitad del recorrido previsto en poco mas de 48 horas.
Hasta unas cervezas nos pudimos tomar, todo un lujo... eso si, lo de frías ya es otra historia, aquí el concepto de cerveza fría no lo tienen bien asimilado...jajaja.
Tan hartos estábamos de motos que ni nos planteamos tirar para las dunas ha hacer el chorra, quizá también por que soplaba mucho viento y no apetecia lo más mínimo meterse en berenjenales. Así que dedicamos lo que quedaba de día a descansar y charlar un buen rato junto a la piscina. Mañana seria otro día.
Martes 30 de Mayo
Nos levantamos tranquilamente, desayuno, cargar bártulos y rumbo a nuestro próximo destino.
La idea era pasar por otro de esos lugares de los que has oído hablar muchas veces y nunca tuvimos la ocasión, aunque habíamos pasado un par de veces cerca..... , la ciudad abandonada de Ba Hallou, o como la llaman por muchas crónicas "La Ciudad Perdida" que suena mas aventurero ..jeje .
Repostamos en la gasolinera de Hassilabied cerca de las dunas y salimos directamente en rumbo oeste, en lugar de ir hacia el sur, ruta esta que ya conocíamos de otras ocasiones.
Hay muchas opciones, tomamos una de ellas y disfrutamos de la mañana templada mientras pudimos hasta que comenzó a apretar el calor muy en serio. La ruta transcurre sin muchas dificultades, buenos paisajes y alguna que otra cantera de fósiles, muy frecuentes por esta zona.
En una parada en alguna de las pocas sombras que te puedes encontrar por estos lares, nos dedicamos a hacer el chorra en una duna que teníamos en frente, sin mucha fortuna todo hay que decirlo.
A medida que nos acercábamos a Ba Hallou comenzó a aparecer cada vez mas arena, y cada vez mas blanda, nada que no te esperes, pero a ciertas temperaturas, cualquier pequeño esfuerzo se hace muy pesado.
Total que cuando llegamos a la famosa Ciudad Perdida, paramos lo justo para echar una foto y poco mas, mi idea era haber hecho una parada mas larga y haber subido a curiosear por allí y pasar un rato. De hecho ahora sentado cómodamente, escribiendo esto lo pienso,.... seré gili...., ¿por que nos fuimos tan pronto de allí?, pero cuando estas allí con la moto medio "empanzada" en la arena, un calor insoportable y sudando como un gorrino las cosas se ven de otra manera, una pena pero...
Así que la visita a Ba Hallou fue breve, muy breve y salimos de allí en búsqueda del siguiente lio pendiente, cruzar el dichoso R´Milia, que lo hagas por donde lo hagas, mas al norte o mas al sur, siempre tiene su gracia.
Aquí nos sorprendió encontrarnos con que el Oued Rherir (imagino debe ser este, el mismo que mas abajo forma el famoso paso del R´Milia) llevaba agua.
Casi estuvimos por meternos dentro enteros. Con alguna dificultad que otra, pasamos los tramos de arena/talco y nos plantamos al otro lado del cauce del Oued con menos problemas de los esperados.
Seguimos rumbo norte esta vez hacia un desfiladero que te lleva hasta la inmensa planicie que se forma al norte del paso del Mharech, que cruzaríamos de este a oeste dando gas durante un buen rato.
Momento de disfrute.
Alguna parada ha echar alguna foto y alguno que otro que se emocionó mas de la cuenta y comenzó a perder cosas sin enterarse, servidora que marchaba detrás se tuvo que dedicar a recoger el rastro de miguitas que se fue dejando el señor Peric.
En esas estábamos, de recogida de trastos perdidos y reunión cuando apareció un paisano para invitarnos a su casa, muchas veces dices que no, pero bueno, ese día nos apetecía y pasamos un buen rato sentados a la fresca del interior de la casa, solo por eso ya Valia la pena, eso si con la inevitable negociación por los fósiles de turno que te suelen vender.
Aquí ocurrió una de esas cosas que en todos nuestros viajes a Marruecos (y van unos cuantos) siempre hemos evitado, nunca, nunca, nunca bebas del agua que te ofrezcan los lugareños.
Pues ese día le ofrecieron agua fresquita a uno de nosotros de una garrafa, y no se sabe muy bien por que el tío se amorró sin contemplaciones a la garrafa, ante la mirada incrédula de los otros dos, pero lo mas fuerte no fue eso, lo cachondo fue que en una especie de "si tu le echas huevos, yo mas" nos cepillamos la garrafa de agua fresca entre los tres.
Una vez fuera ya en ruta por los interfonos nos reímos un buen rato ante la estupidez que acabábamos de hacer, una vez pasadas las risas empezamos a darle vueltas a la cabeza, echando cálculos de cuanto tardarían en entrarnos las cagaleras de la muerte.
Cuestión aparte del tema del agua, el caso es que también comimos algo, cosa que nos vino bien ya que no llevábamos casi nada de comida y nos volvimos a encontrar de morros con el dichoso Ramadán, pueblos desérticos y sin opción a poder comer nada, asi nos encontramos M´Sicci, Azag, Taghrout..... un desastre.
En este último al menos pudimos comprar agua, algo es algo.
De paso paramos a la sombra de un porche y aprovechamos para reparar con unas bridas la bota de Don Trini que tenia un aspecto de lo mas preocupante.
Seguimos rumbo noroeste jugando con una rambla de la que entrabamos y salíamos alternativamente y cruzando algunas pequeñas aldeas, unos cientos de metros después de cruzar la última de ellas, Asemam, el camino cambia drásticamente y se convierte en una pedregosa pista de montaña.
Miercoles 31 de Mayo
una pista y además esta totalmente cortada por un desprendimiento de tierra.